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Odilo Gomez Parente

CAPITULO 17 DE MI ULTIMO LIBRO

CAPÍTULO  DÉCIMOSEPTIMO: JUNTA DE CÓRDOBA                                 SUMARIO:

                                   1.- Junta de letrados en Córdoba en el año 1487

                                   2.- Composición de la Junta de Córdoba

                                   3.- Desarrollo de la Junta de Córdoba

                                   4.- Datos que confirman la certeza de Cristóbal Colón

                                   5.- Exposición hecha por Cristóbal Colón ante la Junta de Córdoba

                                   6.- ¿Tuvo Cristóbal Colón una verdadera teoría cosmográfica?

                                   7.- Extensión del globo terráqueo

                                   8.- Posibilidasd  teórica de la circunnavegación del globo

                                   9.- Regiones del globo según los viejos cosmógrafos

                                  10.- Mapamundi de Cristóbal Colón

                                  11.- Argumentos opuestos en la Junta a las tesis de Cristóbal Colón

                                  12.- Informe de la Junta de Córdoba                        

                                  13.- Visión global del desarrollo de la Junta de Córdoba     

 

1.- Junta de letrados en Córdoba en el año 1487

            Reitero lo dicho ya en otra parte,que no existieron  reuniones de ninguna clase para  el estudio de las propuestas de Cristóbal Colón con anterioridad al mes de septiembre del año 1487.Para  tener idea clara sobre la persona del extranjero y sobre sus teorías cosmográficas  fué para lo que le llamaron los Reyes Católicos al campamento de Málaga y fué entonces y no antes cuando para el estudio de aquellas teorías cosmográficas decidieron los monarcas la constitución de una Junta de sabios y letrados y marinos.No fue una Junta integrada por elementos del Consejo real los cuales tenían otras finalidades y funciones y su organización propia con uin determinado reglamento.Lo que en esta ocasión acordaron los soberanos fué la creación de una Junta con la finalidad específica de que realizara el examen de las teorías del extranjero.

            Dejada la ciudad de Málaga el 11 de septiembre de aquel año 1487,pasaron los reyes por Vélez-Málaga el día 12 en viaje a la ciudad de Córdoba donde se les localiza ya el día 21 siguiente.Viajaron con la finalidad y con la idea clara de organizar allí la Junta que habían acordado en Málaga.Estaría la Junta integrada por los más destacados cosmógrafos,letrados y marinos españoles del momento los cuales estudiarían las propuestas del extranjero para quien había llegado finalmente la hora de ver puesto en marcha su sueño el  más acariciado durante una larga serie de años.Fué ahora cuando tuvieron realidad las palabras de los cronistas que en forma más menos acertada aludieron siquiera haya sido  sin concrección de tiempo a la creación de la Junta.El más próximo y probable testigo presencial en la entrevista del extranjero con los reyes en Málaga fué Don Andrés Bernáldez,el famoso Cura de los Palacios,el cual dejó escritas palabras que tienen realidad plena en aquellos precisos momentos.Escribe,en efecto, que,despedido Cristóbal Colón en Málaga por los reyes,éstos

            “Llamaron hombres sabios,estrólogos y astrónomos e hombres de la arte sde la cosmografía de quienes se informaron”( 1 )

            Aún cuando no clarifica este autor cuando hicieron los reyes el llamamiento de los hombres sabios,ni el modo como lo hicieron,deben ser entendidas estas palabras en el sentido de que no lo hicieron inmediatamente allí en Málaga donde no existían los tales hombres sabios,sino que lo hicieron luego de llegados a Córdoba.Como presidente de la Junta

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( 1 ).- ANDRÉS BERNÁLDEZ

 

 

 

nombraron a Fray Fernando de Talavera,confesor de la reina y hombre de la máxima confianza,a quien dotaron los reyes de todas las facultades para que él escogiera las personas que mejor le parecieran a los fines de la Junta.No son concidos los términos de aquel nombramiento ni es conocido ningún documento,si es que alguno existió.Sin indicación de ninguna fuente de información escribe Casas sin dubitaciones que los reyes nombraron a este eximio religioso presidente de la Junta con estas palabras:

            “Cometiéronlo principalmente al dicho prior del Prado  y que él llamase las personas

             que le pareciese más entender de aquella materia de cosmografía”( 2 )

            Las circunstancias no fueron favorables a la permanencia de los reyes en Córdoba a causa de una epidemia que se declaró en la ciudad y les forzó a salir de allí el 17 de octubre con destino a Zaragoza.El día 18 ya estaban en Linares.

            Muy pronto debió iniciar Fray Fernando de Talavera les gestiones para hacer realidad la Junta con la convocatoria de las personas que consideró más a propósito para ella.Con toda seguridad ya habrán permanecido en Córdoba algunos de los cortesanos que formaban el séquito de los reyes.A otros habrá enviado citación personal.No se conocen  ni el momento inicial del funcionamiento de la Junta,ni el  modo observado en el mismo.Respecto del inicio,se inclina Navarrete,seguido luego por otros autores,a que”debió ser anterior al año 1487"No aduce ninguna razón.Yo dejo rebatida atrás en absoluto la posibilidad de esta afirmación,cuando insistí en que Cristóbal Colón no estuvo en ningún momento con los reyes con anterioridad al mes de septiembre de aquel año 1487.Navarrete razonó su afirmación en base a falsos supuestos que le ofrecieron estas palabras del Doctor Rodrigo Maldonado,regidor en Salamanca y testigo en una de las preguntas de los interrogatorios del Almiante:

“Lo que desta pregunta sabe es que este testigo con el prior del Prado que a la sazón era, que  después  fué  arzobispo  de  Granada  e con otros sabios e letrados e marineros platicaron  con  el dicho Almirante  sobre  su  ida a las dichas islas”( 3  )

            Apoyado en el dato falso de que el prior del Prado fué elegido obispo de Avila   en aquel año 1487 concluye que las reuniones de la Junta tuvieron necesariamente lugar con anterioridad a esa fecha,cuando Fray Fernando había sido prior del Prado.Esta argumentación me dio qué pensar durante algún tiempo,hasta que me cercioré de que Fray Fernando de Talavera fué nombrado obispo de Avila  en el año 1485.De acuerdo con datos siempre exactos de Hierarchia Cathólica,Fray Fernando fue nombrado obispo de Avila el 26 de agosto de 1485,cargo del que tomó posesión por poder el 25 de marzo de 1486 si bien  continuó residiendo en el Prado y siendo confesor de la  reina Doña Isabel .En aquellos tiempos no era obligatoria para los obispos la residencia en su obispado.Según esto,no se puede fijar el momento hasta cuando Fray Fernando puede ser considerado prior del Prado con lo que es preciso dar por invalidada la argumentación de Navarrete.

            El detalle de que Rodrigo Maldonado no haya hecho alusión al tiempo en que fue obispo

Fray Fernando de Talavera en Avila y pase a citarlo arzobispo de Granada,parece indicar que pudo seguir siendo considerado prior del Prado durante años,aún despues de tomada posesión del obispado de Avila.

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( 2 ).- CASAS,I,c.28,111

( 3 ).- NAVARRETE,II,348

 

 

 

 

 

            La inexacta interpretación de las palabras del Doctor Rodrigo Maldonado llevó a Navarrete a  una afirmación del todo inaceptable expresada en los siguientes términos en la observación octava:

            “Puede,pues,conjeturarse con mucha probabilidad que,habiendo estado los Reyes          Católicos en Salamanca a fines de 1486,hallándose ya Colón en su servicio desde

             20 de enero de aquel año,entonces fué cuando se celebraron aquellas conferencias y

             entonces cuando Colón estuvo en Salamanca a comunicar sus razones con los maestros

             de astrología y cosmografía que leían estas facultades en la Universidad,como dice

             Remesal y cuando comenzó a proponer sus discursos y fundamentos”( 4 )

            Aún sintiéndolo mucho me veo necesitado a decir que toda esta serta de afirmaciones de Navarrete son falsas,apoyadas en la autoridad soñadora de Remesal que urdió la falsedad de la presencia de Cristóbal Colón en Salamanca.Un error de salida conduce a esa sarta de falsedades.Ni Cristóbal Colón entró al servicio de los Reyes Católicos  en enero de 1486,ni en ningún otro mes de aquel  año 1486.No estuvo  en  Salamanca ese ano 1486,ni en ninguna otra fecha  anterior al año 1487.El inmortal nauta  no conoció Salamanca.Ni es de recibo que Navarrete haya podido cimentar la existencia de unas conferencias en Salamanca en un testimonio tan tardío y sin ningún sostén documental como es la afirmación de Remesal que imprimió su obra  tan cuestionada en el año 1619.Esto ya lo dejé tratado con todo detenimiento cuando refuté las afirmaciones fantaseosas de Remesal y di como inexistentes las conferencias coloninas en Salamanca.

 

2.- Composición de la Junta de Córdoba

            En este particular como en otros muchos de la vida de Cristóbal Colón vemos forzados a caminar casi absolutamente a oscuras por cuanto los cronistas se han contentado con frases generales y sin datos precisos.Lo que se dedudce como cierto y seguro es que la Junta estuvo formada por hombres científicamente destacados.Uno de ellos fué Alejandro Geraldino el cual dice:

            “Se discutía en este proyecto en un consejo compuesto de los hombres más eminentes en dignidad”( 5 )

            También dejo anotadas las palabras de Don Andrés Bernáldez,cronista bien informado,que dice de los Reyes Católicos:

“Llamaron hombres sabios,estrólogos e astrónomos e hombres de la arte de la cosmografía de quienes se informaron”( 6  )

            Datos hasta cierto punto interesantes los ofrece el Doctor Rodrigo Maldonado,uno de los integrantes de la Junta y del Consejo real,en su respuesta el 26 de febrero de 1515 a la

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( 4 ).- Ibidem,II,363

( 5 ).-GERALDINO,

( 6 ).-BERNÁLDEZ,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

pregunta quince en las probanzas del Almirante que transcribo íntegra:

“El Doctor RodrigoMaldonado dice que lo que desta pregunta sabe es que este testigo con el prior de Prado que a la sazón era,que después fué arzobispo de Granada,e con otros sabios e letrados y marineros,platicaron con el dicho Almirante sobre su ida a las dichas islas,e que todos ellos acordaron que era imposible ser verdad lo que el dicho Almirante decía;e contra el parecer de los más dellos porfió el dicho Almirante de ir el dicho viaje e sus altezas le mandaron librar cierta cantidad de maravedís para ello e asentaron ciertas capitulaciones con él,lo cual todo supo este testigo como uno de los del Consejo de sus altezas.E que así partió el dicho Almirante a descobrir las dichas islas y plugo a  nuestro Señor que acertó en lo que decía.E que este deponente tiene por cierto que si el dicho Almirante no porfiara de ir el dichjo viaje e si no descubriera las dichas islas,que estovieran fasta hoy sin hallar”( 7 )

            De estos testimonios se puede concluir que la Junta de Córdoba estuvo integrada por los”hombres más eminentes en dignidad”(Geraldino) en las tres categorías de“hombres sabios,estrólogos,astrónomos e hombres de la arte de la cosmsografía”(Bernáldez) o “sabios e letrados e marineros”(Maldonado).Los tres testimonios coinciden en lo fundametal que  la Junta de Córdoba estuvo compuesta de los hombres más eminentes en ciencia y marinería.En este concierto de voces suenan desafinadas las palabras de Casas cuando escribe:

            “Cometiéronlo principalmente al dicho prior del Prado y que él llamase las personas que le pareciese más entender de  aquella  materia  de cosmografía de la cual  no sobraban muchos en aquel tiempo en Castilla.Y es cosa de maravillar cuanta era la penuria e ignorancia   que cerca desto había entonces por toda Castilla”( 8 )

Resalta con toda evidencia la distinta visión de la realidad entre Casas y esos otros autores citados en relación con  la valía de los hombres  de ciencia de aquellos momentos en España.

            Ni los autores citados ofrecen datos concretos ni nombres de cuantos formaron la Junta de Córdoba,pero Casas se diferencia de los demás en denostar -ese es su estilo- los valores del saber de los sabios españoles.

            De momento me concretaré en dar a continuación algunos de los nombre integrantes de aquella Junta de Córdoba ya q ue no es posible darlos de todos ´por carencia de datos.

            En primer lugar es cierto el nombre de Fray Fernando de Talavera,nombrado presidente de la Junta por los Reyes Castólicos.Era este varón un religioso jerónimo destacado por su saber y santidad,de gran prestigio en la corte donde era confesor de la reina Doña Isabal y consejero en todos los asuntos más destacados.Ser confesor era algo así como ministro y consejero mayor que tomaba parte en todas las grandes decisiones del reino.Escribió Madariaga:

“Fray Fernando no era solo confesor de la reina.Era,además,para ella una especie de Ministro universal,el hombre cuyo espíritu de sacrificio,cuya hondura de intuición humana,cuya experiencia e inteligencia había sometido a prueba la reina casi a diario en los últimos años”(  9  )

            El historiador d e  la Orden de San Jerónimo Fray José de Sigüenza,escribiò que Fray Fernando de Talavera fué hijo de padres hidalgos y que ingresó en la Orde de San Jerónimo a los  35 años en el monasterio de San Leonardo de Alba de Tormes y añade:

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( 8 )..-CASAS,I,c.29   ***

( 9 ).- SALVADOR DE MADARIAGA:Vida del muy  magnífico señor Don Cristóbal Colón.Madrid,Espasa-

         Calpe,1992,c.13,193

 

 

            “Si el monasterio de San Leonardo de Alba de Tormes no hubiera dado a esta Religiónde

            San Jerònimo otro fruto sino haber criado dentro de su disciplina tan insigne varón como

            Fray Fernando de Talavera,tenía toda la Orden que agradecérselo”( 10 )

            Sobre el mérito de Fray Fernando de Talavera escribió en su  Viaje por España  Jerónimo de Munzer que lo conoció arzobispo de Granada:

            “Nunca vi por toda España un hombre más docto en Teología y en Filosofía.Es en

             verdad otro Jerónimo,porque en tal manera se ha mortificado con el continuo estudio

             y las    demás preocupaciones del reino en la santidad y abstinencia de vida que se

             pueden contar sus huesos revestidos solamente de piel...No podría describir la

             satisfacciòn que me produjo la presencia de este hombre.Es tenido en mucho por el

             rey”( 11 )

            Como hombre de la plena confianza de los reyes había desempeñado Fray Fernando

 importantes y delicadas comisiones.Ya en el año 1479 fué comisionado para la firma del tratado con Portugal en Alcaçovas,llamado de las Tercerías de Moura donde se puso fin a las guerras entre Portugal y Castilla surgidas con ocasión de la sucesión al trono castellano disputado entre Isabel la Católica y Juana motejada”la Beltraneja”.En las Cortes de Toledo del año 1480 para la solución de muy delicados problemas,dice Pulgar de los reyes

“Pusieron en sus consejos secretos que sobre esto ovieron al maestro Fray Fernando de Oropesa,prior del monasterio del Prado,cerca de Valladolid...e fiaron dél esta

             negociación porque era hombre de buena conciencia y de gran suficiencia”( 12 )

            Una comisión transcendente fué la relativa a las Islas Canarias pertenecientes a Isabel de Peraza a quien no estaban aún sujetas Gran Canaria,Tenerife y Palmas.Deseosa de conquistar estas islas insumisas,con respeto a los legítimos derechos de lo señores de las otras islas ya conquistadas encargó a su confesor  la solución de este asunto.Fray Fernandoformó sobre ello su parecer en unión con los dos Consejeros Rodrigo Ma,ldonado y Juan Díaz de Alcocer en el sentido de que era lícito a los reyes castellanos la conquista de las citadas tres islas indemnizando lo justo al matrimonio con derecho sobre ellas.Los reyes conquistaron estas tres islas e indemnizaron a los que tenían posibles derechos sobre ellas con cinco mllones de maravedís,según lo testimonia el Cura de los Palacios Andrés Bernáldez( 13 )

            Otras muchas comisones confiadas a Fray Fernando de Talavera son testimonios del aprecio grande que los Reyes Católicos tenían de su parecer.Ahora que se presentaba el problema serio del descubrimiento de nuevas tierras con toda la complicada problemática que ello pudiera

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( 10 ).- JOSE DE SIGÚENZA,O.S.J.:Historia de la Orden de San Jerónimo - FERNANDO DEL                                     PULGAR:Crónica

( 11 ).- JERÓNIMO MUNZER:Viaje por España,53

( 12 )PULGAR,I,424

( 13 ).-BERNÁLDEZ,c.65,141

( 14 ).- NAVARRETE,II,348               

 

 

 

 

 

 

 

 

ocasionar,pensó la reina Doña Isabel una vez más en su confesor y  lo colocó al frente de la Junta de Córdoba examinadora de los proyectos de Cristóbal Colón,confiando a su saber y prudencia  y al consejo de los asesores por él nombrados,todo lo relacionado con aquella materia.Hay que dejar bien asentado que este asunto no fué confiado al Consejo real como tal,sino a una comisión especializada,bien entendido que algunos de los miembros, comenzando por el mismo Fray Fernando fueron consejeros reales los unos natos y otros elegidos.

            Ahora,después de conocida la persona colocada al frente de la Junta de Córdoba resta averiguar en lo posible cuántas y cuáles fueron las demás llamadas por Fray Fernando a  trabajar en aquellas reuniones.Fernando Colón y su seguidor Casas mencionaron además de Fray Fernando de talavera a algunos otros nombres sueltos.En primer lugar y sin que ellos aludan a su nombre quiero citar el de Don Rodrigo Maldonado el cual alude a su presencia en la Junta en la declaración que dió en Salamanca el 26 de febrero de 1515 a la ´pregunta quince de las probanzas del Almirante Don Diego Colón con palabras ya citadas atrás:

            “Lo que desta pregunta sabe es que este testigo,con el prior del Prado que a la sazón     era,que después fué arzobispo de Granadae,e con otros sabios e letrados e marineros  platicaron con el dicho Almirante sobre su ida a las dichas islas”( 14 )

            Fué Rodrigo Maldonado uno de  los consejeros más antiguos y de los de mayor  confianza con los reyes.Narra Pulgar que era gran letrado,de quien mucho confiaba la reina( 15 )

            Por su parte añade Zurita que por él pasaban”todas las cosas más importantes de su estado que se debían comunicar con hombres de letras”( 16 )

            La presencia de Rodrigo Maldonado era  muy necesaia en aquellos momentos en los que se debatían problemas relacionados con el mar,sobre los cuales ya había tomado parte importanate en anteriores ocasiones,como el caso de las Canarias o el Tratado de las Tercerías de Moura con la corona de Portugal o la delimitaciòn de las zonas navegables pertenecientes a cada una de las dos coronas de Portugal y España.Esto hace pensar en que debió ser él uno de los que integraron la categoría de los hombres de la Junta calificados como marineros.

            Escribe Manzano:

            “Por esta razón,en las actuales circunstancias,era Maldonado el más indicado para

 asesor de la Junta sobre un proyecto como el colombino que pretendió revolucionar las navegaciones en el mar tenebroso”( 17 )

            A pesar de las palabras  poco explícitas de los cronistas citados,conocemos que en la Junta asistieron tres o cuatro categorías de varones calificados de sabios, letrados, cosmógrafos y marineros.

            Consta también la presencia en la Junta de Córdoba del Comendador Mayor de León,Don Diego Gutiérrez de Cárdenas,hombre también imprescindible de quien escribió Ricardo Majó:

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( 15 ).- PULGAR:Crónica,I,380

(16 ).- JERÓNIMO DE ZURITA:Historia del rey Don Fernando el Católico,de las coronas y Ligas de Italia.Zaragoza,1670,lib.!,c.20.Voy siguiendo muy de cerca la linea histórica de Juan Manzano en las partes que me merecen aceptación

( 17 ).- MANZANO,89

 

 

 

 

 

 

 “El otro protector o coadyuvante de Colón lo fué Diego Gutiérrez de Cárdenas y Chacón.Se trata del tipo de hombre que hoy llamaríamos”el político”.Maestresala quehabía sido de la reina Católica cuando princesa,se le observa siempre  próximo...a  los  negocios supremos del reino,sean de paz,sean de guerra.Era el consejero áulico de Isabel.Era el amigo no letrado sino maestro de hecho del rey.Amaba a España.Era un constructor de España...No sabía gran cosa de longitudes y paralelos,ni por qué ladistancia de España al Catay era corta...Es decir,no tenía de cosmógrafo ni el tamaño de un grano de mostaza,y,empero,de una manera fúlgida,de una manera inmediata creyó las que otros llamaban quimeras de Colón”( 18 )

            Yo no pretendo hacer frases brillantes ni ingeniosas ni tengo más conocimiento de los

saberes cosmográficos del Comendador Mayor de León,pero digo que si hubiera sido del todo lego en estas materias nadie le hubiera escogido para que diera su parecer sobre ellas ni él se hubiera movido a dar ni una de cal ni una de arena;sin embargo fué escogido por un varón tan buen conocedor de la valía de los hombres como lo fué Fray Fernando de Talavera.Una cosa muy destacada fué la  posición abiertamente favorable manifestada por Gutierre de Cárdenas a las tesis de Cristóbal Colón de quien fue uno de los mayores defensores y admiradores.

            No dejaré de aludir a una presentación simpática que hace Oviedo de Gutierre de Cárdenas,Comendador Mayor de León,contador mayor de la real hacienda desde el año 1474 hasta su muerte en febrero de 1503,mayordomo del prìncipe Don Juan y maestresala de la reina Doña Isaabel.Fué hijo de Rodrigo de Cárdenas y de Teresa Chacón y poseedor de una  larga teoría de tìtulos nobiliarios.Su lugarteniente en Sevilla fué Francisco González quien hizo los primeros pagos a Cristóbal Colón para su mantenimiento.Es  muy probable que desde aquellos primeros  momentos haya conservado vivo el recuerdo del extraño extranjero Gonzalo Fernández de Oviedo que muy bien conoció a todas las personas cortesanas.Como cortesano que él era,hace la descripción de Gutierre de Cárdenas:

            “De buena estatura no menos que mediano de cuerpo,antes más y no alto.Era muy

            bermejo el cabello y la barba espesa.Y era muy gordo.Traía siempre en la mano una

            caña...por autoridad y por su oficio de mayordomo mayor.Era muy bien hablado y

            hombre de mucha prudencia y consejo,grave cuando convenía y sociable y de buena

conversación  con  sus  criados  y  con  los  que  le  trataban. Siempre  vivía  dentro  de palacio”( 19 )

            Esposa de Gutierre de Cárdenas fué Doña Teresa Enriquez,hija natural de l almirante Alonso Enríquez,hermano de l rey Don Fernando,conocida como”Loca del  Sacramento”por su acendrada devoción eucarística.Fue dama de la predilección de la reina Doña Isabel.

            Otro de los miembros de la Junta de Córdoba fué el cardenal Don Pedro González de Mendoza,uno de los grandes personajes en la corte de los Reyes Católicos.

            Otro de los  asistentes a las reuniones de la Junta fué Alejandro Geraldino,preceptor de las hijas de  los Reyes Católicos,futuro obispo de Santo Domingo de la isla Española,cuya asistencia en las reuniones de la Junta  confirma él mismo con sus propias palabras ya transcritas en otra parte de esta obra.

            Otro de los asistentes seguros fué el contador Alonso de Quintanilla,persona sumamente vinculada a la del propio Cristòbal Colón desde los primeros momentos de su presencia en España,como.encargado que fué por los reyes de las atenciones del extranjero.

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( 18 ).- RICARDO MAJÓ FRAMIS:Navegantes españoles del siglo XVI.Madrid,1957,120

( 19 ).- OVIEDO,en Carriazo:Retratos literarios,227.- Manzano,55

 

 

 

            No es posible olvidar al Padre Fray Antonio de Marchena,ni a Fray Diego de Deza,ni al camarero Juan Cabrero,ni a Pedro Mártir de Anglerìa,ni a Don Enrique Enríquez que tanta parte tomó en 1404 en los trabajos de delimitación del mar entre las coronas de Portugal y España.

            Grandes protectores de Cristóbal Colón fueron Don Andrés Cabrera y su esposa Doña Beatriz Fernández de Bobadilla,marqueses de  Moya.Andrés Cabrera había sido uno de los más decididos partidarios de la reina Doña Isabel en su  lucha contra la Beltraneja,adhesión que la reina recompensó con el título de marqués.Beatriz fué de las damas de mayor influencia con la  reina Doña Isabel cuyo aprecio se incrementò a partir de la noche que en Málaga sufrió Beatriz peligrosa herida al ser considerada por el moro criminal como la propia reina( 20 )

Se cita a esta mujer entre las personas que mucho influyeron para que la reina Católica se decidiera dar apoyo a la causa de Cristóbal Colón

            Por su condición de converso mereció Andrés Cabrera en las  Coplas del Provincial una personal mención en estos términos.

                                               A ti,Padre Fray Andrés,

                                               que te llamas de Cabrera

                                               por quien dijo el de la Herrera

                                                ojos de cabra tenés.

                                               Tu padre bien sé quien es

                                               Pedro López,de Madrid

                                               en Cuenca Rabí David

                                               Arrendador,mala res.

            Aún cuando no hay constancia documental,parece que debe ser agregado al númeo de asistentes a la Junta Don Juan Díaz de Alcocer,el cual había tomado parte muy importante junto con Fray Fernando de Talavera y Rodrigo Maldonado en el dictamen relativo a la legitimidad de la conquista de las islas Canarias.

            La adhesión que siempre mostraron al almirante el tesorero Gabriel Sánchez y el escribano de ración Luis de Santángel,hace pensar que también ellos hayan estado presentes en la Junta de Córdoba,con mayor seguridad Santángel que Sanchez.Ambos fueron distinguidos posteriormente con sendas cartas del Almirante al regreso del primer viaje.

            No son conocidos los nombres de otros”sabios e letrados e marineros”de que habló Rodrigo Maldonado,todos ellos”personas de tanta abtoridad e sabios de  todas artes”, como los calificó Cristóbal Colón.

 

3.- Desarrollo de la Junta de Córdoba

            Algunos autores han querido ver en esta Junta una serie de reuniones itinerantes en seguimiento de la corte real. La  realidad fue que se trató de una Junta con residencia fija en la ciudad de Córdoba. Es un dato que, por lo demás, carece de importancia. Otro dato es que no existe nada que aconseje y menos obligue a dar por existente esta Junta con anterioridad al mes de Octubre de 1487. Todo cuanto se diga en relación con el servicio de Cristóbal Colón a disposición de la corte con anterioridad al año 1487 son puras suposiciones carentes de todo fundamento. Esta Junta se inició con el nombramiento de Fray Fernando de Talavera como presidente de la misma. De escaso interés es si este nombramiento fue realizado por los reyes en forma simplemente verbal o mediante algún documento desconocido.

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( 20 ).- MANZANO.Merece recuerdo el suceso del moro criminal.*****

 

 

 

 

            No existen datos para configurar la constitución de esta Junta, ni el modo de su funcionamiento, ni el desarrollo de la misma. A falta de todo dato, cabe recordar las palabras puestas atrás del doctor Rodrigo Maldonado, uno de los integrantes de la Junta, compuesta, según él, de “sabios e letrados e marineros”.

Aún dice más

            “Todos ellos acordaron que era imposible ser verdad lo que el dicho Almirante decía, e contra el parecer de los más de ellos, porfió... e sus altezas le mandaron librar cierta cantidad de maravedís”( 21 )

            Me estoy dando cuenta de que voy poniendo el carro delante de los bueyes al dar el resultado de una Junta antes de su celebración.

            Hay que tener muy en cuenta que dice Maldonado quetodos ellos acordaron para añadir a seguidas que contra el parecer de los mas de ellos porfió. No parecen casar bien estas dos expresiones “todos ellos” y “los mas de ellos”. Esto pone de manifiesto la diversidad de opiniones dentro de la Junta. Los hubo opuestos, menos opuestos y partidarios. Incluso alguno o algunos de los opuestos llegaron a dejar caer, siquiera tímidamente, la censura de que alguna de las proposiciones coloninas era herética, a lo que hizo referencia Alejandro Geraldino asistente en la Junta.

            Después de su viaje desde Málaga a la Rábida y de su regreso por Sevilla para cobrarse de los maravedís que los reyes habían mandado al tesorero sevillano que le entregasen, continuó Cristóbal Colón viaje a Córdoba para donde le habían citado los reyes. Si la entrega de 4.000 maravedís le fue hecha en Sevilla el día 15 de octubre y él se dirigió a Córdoba, debemos darlo por presente en esta ciudad en alguno de los días de la década final del mismo mes de octubre.

            Hay que dar como seguro que los convocados por Fray Fernando de Talavera ya estarían, al menos la mayoría de ellos, en Córdoba a la espera de la llegada del protagonista, de donde se puede deducir como probable que las reuniones hayan dado comienzo a finales de ese mismo mes de octubre.

            A una hora previamente fijada debieron reunirse el proyectista y los examinadores. Era el momento tan deseado por Cristóbal Colón cuya presencia no sabemos qué clase de reacciones habrá causado en aquellos varones de imponente presencia con atuendos, de los días solemnes, en contra posición de la presencia también imponente, pero con vestimenta pobre y capa  raída, como le pintó Oviedo. ¿Que pensarían aquel conjunto de varones sabios “los hombres mas eminentes en dignidad” en frase de Alejandro Geraldino o del mismo Cristóbal Colón. Un pobre extranjero que osaba enfrentarse a un grupo de sabios para hablarles de unas teorías peregrinas propias de un aventurero. Pero también junto a la sabia arrogancia de algunos de aquellos sabios, estaba  también la docta ignorancia de otros sabios humildes, dispuestos a escuchar lo que pudiera decirles y enseñarles aquel hombre de ojos azules, nariz aguileña y fuerte complexión.

            Es evidente que el llamado a abrir las reuniones fue el presidente Fray Fernando de Talavera con las palabras de presentación del sabio cuyas propuestas iban a ser objeto de

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( 21 ).- MANZANO,54.Cita de Pulgar;II,c.198,260

( 22 ).- MANZANO. -  PULGAR;II,c.198,260 - NAVARRETE,II

 

 

 

 

 

 

 

 

examen, con estos o parecidos términos:

“En el nombre de nuestros muy amados reyes, que Dios conserve, nos reunimos aquí para escuchar las palabras de nuestro muy apreciado Cristóbal Colón, y sopesar  sus exposiciones y razonamientos. Todos nosotros sabemos que se trata de un proyecto de navegación marítima al occidente por el mar tenebroso para llegar por esa ruta a unas tierras de las que no ha existido hasta este momento, ni de sus gentes, si es que existen, ninguna noticia. Todos conocemos la gran estima que nuestra muy amada reina Doña Isabel tiene por este varón aquí presente y la gran simpatía que la anima por sus planes. Pido a todos que ni la presencia de nuestro interlocutor, ni la estima de nuestra reina  sirvan para crear en nosotros ningún prejuicio hacia las ideas que aquí escuchemos. Y ahora tiene la palabra nuestro muy estimado Cristóbal Colón”

            Captada la venia de todos sus examinadores con formulas cortesanas que él bien sabía manejar,inició Cristóbal Colón su exposición para hacer patente que su plan no era otro, sino llegar a la India, a las tierras de Catay y Cipango,de las que le había hablado Toscanelli en sus cartas, por el camino del mar occidental y abrir así la ruta ms corta de las especias. El camino hacia el oriente ya era frecuentado por los comerciantes italianos. Los portugueses no cejaban en llagar a la India bajando incansables las costas africanas para hallar una salida hacia tierras de oriente. Cristóbal Colón ofrecía un viaje con salida de un puerto de España, con arribo a las islas Canarias, siguiendo en linea recta por el paralelo 28 rumbo al occidente para  no tocar el espacio reservado a Portugal por el tratado del año 1479. A una distancia aproximada de 450 leguas de la isla de Hierro pensaba hallar algunas islas y a 750,leguas  la isla Cipango y a 1.125 leguas las tierras del Gran Kan, señor de la India. Este era en sus lineas generales el plan de Cristóbal Colón.

            ¿ De dónde nacía en él la certeza de hallar lo que anunciaba con tanta seguridad? ¿Era dueño de alguna secreta información o surgía su certeza de sus propios estudios y experiencias con ribetes de iluminado? Lo interesante es que estaba seguro de lo que afirmaba y que las tierras soñadas estuvieron, con muy poca variación, en los lugares por él señalados.

 

4.- Datos que confirman la certeza de Cristóbal Colón

            Antes de proceder adelante al estudio de la exposición colonina en al Junta de Córdoba, es conveniente estudiar los datos que hablan de la seguridad que tenía de la empresa que intentaba realizar.

            No sabe uno qué pensar realmente, si Cristóbal Colón conocía la situación de las tierras occidentales por iluminación o revelación o por manifestación de alguien, pero que anunciaba un derrotero muy convencido no cabe dudarlo. Su dato era que a 750 leguas al occidente encontraría las nuevas tierras y no fue tanto su error. Y las halló siguiendo, como él pensaba, el paralelo de Canarias. La certeza con que caminaba lo indican las palabras de su Diario correspondientes al 18 de septiembre de492,en cuyo resumen narra su hijo Fernando:

“El martes siguiente,que fue 18 de septiembre,Martín Alonso Pinzón que había pasado adelante con  la carabela Pinta, que navegaba muy bien,,esperó al Almirante y le dijo haber  visto una multitud grande de aves que volaban  hacia poniente,por lo que esperaba encontrar tierra aquella noche y que le

 

 

 

 

 

parecía verla hacia tramontana a 15 leguas de distancia.Y  en el mismo día, al ponerse el sol, creyó lo  eran unos nubarrones, pero, como el Almirante sabía que  no  era así, no quiso gastar el  tiempo en ir a reconocerla, aunque todos lo deseaban, puesto que no se hallaba en el sitio donde, por sus indicios y razones, había de estar”( 23 )

            Evidentemente nadie puede exigir que el almirante fuera, como se dice, a tiro fijo sobre la situación de unas tierras que nadie había visto ni conocido o, al menos, nadie las había situado con una exactitud de geómetra perfecto. Esta exactitud no perfecta con que el Almirante había proyectado su aventura, se nota claramente con lo que le ocurrió cuando llegaron al sitio donde suponía tierras y no las halló. Narra en su Diario el día 25 de septiembre según resumen copiado por Casas:

            “Y así fue que el martes 25 de septiembre...yendo su camino al oeste, llegóse

 Martín   Alonso Pinzón con su carabela Pinta a hablar con Cristóbal Colón sobre una carta de marear que Cristóbal Colón le había enviado o arrojado con alguna cuerda a la carabela tres días había, en la cual parece que tenia pintadas algunas islas destos mares.Decía Martín Alonso que se maravillaba cómo no parecían, porque se hallaba él con ellas. Respondía Cristóbal Colón que así le parecía también a  él”( 24 )

            Una sicosis de tierra había invadido a los marineros y fue el propio Martín Alonso el que anunció que veía tierra. Casas anota:

“Estuvieron hasta la noche afirmando todos ser tierra e yo cierto así lo creo que lo era, porque, según el camino que siempre trujeron, todas las islas que el Almirante descubrió después del segundo viaje, le quedaban entonces por aquella banda o parte hacia el sudoeste”( 25 )

            El espejismo de unos celajes les había animado por un tiempo. No vieron entonces tierra. Esto sirvió al almirante de prueba para no dejar mas su ruta al oeste que reinició después del anterior desvío al suroeste. Habían sobrepasado la existencia de las islas que el almirante había fijado en  leguas al oeste de las Canarias. El lunes 1 de octubre compulsaron los pilotos las leguas recorridas desde la isla de Hierro. Unos señalaron 578 leguas; otros que 650, otros que 634. En su cuenta secreta tenia anotadas Cristóbal Colón 707 leguas navegadas, pero todavía no estaba agotado su numero señalado de antemano de 750 leguas.

            El día 3 de octubre dijo:

“Creía el Almirante que le quedaban atrás las islas que traía pintadas en su carta. Dice aquí el almirante que no se quiso detener barloventeando la semana pasada y estos días que había tantas señales de tierra, aunque tenia noticia de ciertas islas en aquella comarca, por no se detener, pues su fin era pasar a las Indias y, si detuviera, dice él. Que no fuera buen seso”( 26 )

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( 23 ).- FERNANDO COLÓN,c.18,100

( 24 ).- CASAS, I, c. 38,134-135

( 25 ).- CASAS,l,.c.38,135

( 26 ).- NAVARRETE, I, 93

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            Algo diferente es la versión dada por Casas en su resumen del Diario del Almirante:

            “Y porque vieron pocas aves, sospechaba Cristóbal Colón que le quedaban atrás por los lados las islas que él traía pintadas en la carta..., pues la semana pasada se les habían ofrecido tantas y tan claras señales de tierra, pero dice aquí que no fuera buen seso barloventear a un lado o a otro en busca dellas, pues llevaba prospero tiempo y su principal intento era ir en busca de la Indias por la vía del occidente y  esto era lo que había ofrecido a los reyes y los reyes lo enviaban por este fin”( 27 )

            Son de advertir las palabras de Fernando Colón de que su padre el almirante “ tenia noticia de ciertas islas en aquella comarca”.¿De donde le había venido al Almirante esa  noticia?

Otras palabras de Fernando Colón muy significativas en boca del Almirante son las dirigidas a  los marineros,diciéndoles:

 “Bien sabían que muchas veces les había dicho que no esperaba tierra hasta tanto que no hubiesen caminado siete cientas cincuenta leguas al occidente de Canarias, en cuyo paraje había dicho también que encontraría la isla Española, llamada entonces Cipango”( 28 )

            Una vez mas cabe afirmar que el héroe de la mayor epopeya de los mares tuvo seguridad y alcanzó el acierto, porque a la distancia señalada, en la misma latitud, encontró  tierras açún cuando no eran las que él buscaba, es decir,la isla Cipango o la tierra de Katay. La Cipango era inexistente y la Española pudo muy bien ser la Cipango señalada en los mapas.

            El Almirante estaba atormentado con la vehemente sospecha de haber dejado atrás las islas que llevaba dibujadas en su carta de marear o mapamundi que enseñó a Martín Alonso, pero no era razonable volver atrás en busca de las mismas. La isla de Cipango le tenia absorbido el seso, por lo que no quiso hacer caso a Martín Alonso cuando le dijo el 6 de octubre:

“Esta noche dijo Martín Alonso que seria bien navegar a la cuarta del gueste a la parte del sudueste por la isla de Cipango que llevaba la carta que mostró Cristóbal Colón al cual no pareció que no debía de mudar la derrota”( 29 )

            Un poco diferente es la versión de Casas sobre este pasaje:

            “Esta noche dijo Martín Alonso que seria bien navegar a la cuarta del güeste, a la parte del sudoeste por la isla Cipango que llevaba la carta que le mostró Cristóbal Colón, al cual no pareció que debían de mudar derrota”( 30 )

            Muy probablemente a vista del descontento de los marineros al ver que el Almirante se había negado a seguir las indicaciones de Martín Alonso, acordó al siguiente día 7 mudar el rumbo hacia el suroeste a donde notó que se dirigían multitud de aves, pensando también que los portugueses habían descubierto algunas islas siguiendo el vuelo de las aves.

            El día 10 de octubre trató Cristóbal Colón de animar a los marineros mas cobardes diciéndoles,según Casas:

            “Por demás era quejarse, pues su fin dél y de los reyes había sido y era venir a descubrir por aquella mar occidental las Indias y ellos para ello le habían querido compañar...y que tuviesen por cierto estar más cerca dellas de lo que pensaban”( 31  )

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( 29 ).- NAVARRETE,I.94

( 30 ).- CASAS,I,c.38,137  - FERNANDO COLÓN,c.22,170s

( 31 ).- CASAS, I,c.39,139

 

 

 

A cada momento que transcurría acrecentábase la certeza en el alma del almirante en la medida que aumentaba el descontento de los marineros a quienes en todo momento trató de consolar con las mas dulces palabras y promesas. Resumiendo el Diario de a bordo del día 11 de octubre, escribió Fernando Colón:

“ A la hora en que se acababa la Salve Regina que los marineros acostumbran cantar al atardecer,habló generalmente a todos, refiriendo las mercedes que nuestro Señor les había fecho de llevarlos tan seguros y con tanta prosperidad de buenos vientos y navegación  y en consolarlos con señales que cada día se veían mucho mayores y rogóles que velasen con atención aquella noche, trayéndoles a la memoria que bien sabían cómo en el primer capitulo de la instrucción dada por él a todos los navíos en Canarias mandaba que, en navegado siete cientas leguas al poniente sin haber hallado tierra, no navegasen desde media noche hasta ser de día...porque tenía certísima esperanza de hallar tierra”( 32 )

                        A esta instrucción aludió Casas con las siguientes palabras:

            “Cognosciendo Cristóbal Colón estar ya muy cerca de tierra...por lo que sabia haber andado de las Canarias hacia estas partes...que, habiendo navegado de la isla de Hierro por este mar océano 750 leguas poco mas o menos, había de hallar tierra. Después de anochecido,al tiempo que dijeron la Salve hizo una habla muy alegre y graciosa a toda la gente y marineros...pues habiendo puesto en el  primer capitulo de la instrucción que dió a cada capitán de cada navío partiendo de las Canarias...que habiendo navegado siete cientas leguas hacia el poniente sin haber descubierto tierra, no navegasen mas de hasta media noche...porque él tenia gran confianza en nuestro Señor que aquella noche habían de estar muy cerca  de  tierra  ó  quizá   vella,  y  que  cada  uno  pusiese  diligencia  en  velar  por  vella primero”( 33 )

            Causa maravilla esta certeza en Cristóbal Colón y el rumbo que tomó desde las Canarias para llegar a las tierras que anunciaba. Hay que afirmar que llegó a ellos con casi absoluta precisión en el calculo tanto de la latitud como de la longitud geográficas. A la distancia señalada halló la tierra soñada a la que él llamó India, aun cuando no haya sido exactamente la India, sino la que llamó Indias. En esta creencia, pensó que la isla Española era la Cipango y los reyes que le anunciaban los indios los juzgó por el Gran Kan.Reitero una vez más que la equivocación existió,pero causada por los viejos geógrafos o por las noricias que había recibido de no e sabe quien(¿Piloto desconocido?

            Uno de los historiadores mas admirados de la certeza de Cristóbal Colón, el Padre José Torrubia, escribió:

“Cuando dió  las instrucciones en Canarias y formó su derrotero para conseguir la empresa, ya era otro tiempo, por esto dirigió su derrota a punto fijo con tanto acierto, que, sin alguna diferencia, descubrió la tierra el mismo día que la anunció. Aun al presente no aciertan estos puntos los grandes pilotos, sabiendo como saben ya, dónde está la América y sus puertos. Todo esto no obstante, en el hecho de Colón se comprueba altamente, no sólo su animo bizarro, constancia grande y resolución inimitable, digno por esto de eternas alabanzas, sino la gran pericia y arte con que por el rumbo y camino  que le previno Alonso Sánchez, fue buscar la tierra y la halló donde la había

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( 32 ).- FERNANDO  COLÓN,c.22,109-110                   

( 34 ).( 34 ).                       ( 33 ).- CASAS,I.c.39,139         

 

 

descubierto casualmente un andaluz. Esta gloria toda es de Colón, ni puede haber quien se la envidie, aunque sé que hay diente que muerde el sol”(34)

Historiadores anteriores al Padre Torrubia y muchos después de él se han hecho participes de esta seguridad y convicción que tuvo Cristóbal Colón de que encontraría  tierra a 750 leguas más o menos de Canarias. El no haberlas encontrado a  450 ni a las 750 había causado en Cristóbal Colón una cierta preocupación, pero no por ello se desanimó, confiando en la existencia de las tierras que hallaría a más o menos distancia camino del occidente. No tiene gran importancia que las supuestas islas y tierra firme estuvieran más lejos de lo previsto. Ya dije en otra ocasión que el magis vel minus non mutat speciem. Con mas o menos leguas de distancia, el Almirante estaba seguro de hallar tierras al otro lado del mar occidental. No es increíble que el razonamiento de Raimundo Lulio haya hecho presa en su animo para convencerle eficazmente. Para él que había acometido tantas singladuras marítimas, algunas mas abajo de la linea ecuatorial, no existía la menor duda sobre la posibilidad de la circunnavegación del globo por el camino del occidente. La zona tórrida le era conocida y estaba convencido de que, siguiendo el paralelo de las Canarias, gozaría en todo momento del mismo clima. A esto se refirió en el Diario el día 11 de Octubre de 1492. Así lo resume Casas: “Esta noche, después del sol puesto, navegó al gueste la vía que siempre desde Canarias trujo”. En la redacción transcrita por Navarrete se dice:“Después del sol puesto, navegó a su primer camino al oueste”( 35 )

            Para la inteligencia de estos textos hay que tener presente que el almirante ordenó el día 25 de Septiembre torcer su rumbo al oeste y dirigirse al suroeste, pero el día 27 orientó el rumbo nuevamente al oeste. El día 1 de octubre dice el almirante que habían recorrido  707  leguas.  Aun  no  habían  llegado  a  las  750 que él había supuesto para la  existencia de tierra. El día 7 de octubre quiso seguir nuevamente rumbo al suroeste, animado por el vuelo de las aves en esa dirección. El 11 de octubre dirigió definitivamente hacia el oeste como rumbo fijo. Y en la noche de ese día o en la mañana del día 12 de octubre sintió bailarle en el alma el hondo placer a vista de las nuevas tierras por él anunciadas, sólo que en vez de las 750 leguas previstas, había recorrido aproximadamente 1.200 leguas, después de haber vencido todos los obstáculos, las tormentas, las olas embravecidas, las calmas chichas en medio del mar, las leyendas terroríficas,el desaliento y las amenazas de muerte de algunos de sus compañeros de viaje.

            Al llegar a este punto, me gustaría realizar una encuesta para preguntar:¿fué aquel viaje una simple aventura? ¿Fue una aventura fundamentada? ¿Fué producto de una especial iluminación a la que tanto alude Casas? ¿Fué una llamada providencial a la que se inclinó la providencia divina? ¿Fué fruto de informaciones especiales de marineros, sin descartar la del piloto desconocido? Yo no admito lo de una simple aventura. Concedo lo de una aventura consciente y científicamente fundada con un 50%. Concedo a una intervención providencial y a una iluminación especial, a las dos conjuntamente, un 30%. Y concedo a las informaciones especiales recibidas por el héroe del mar, sin excluir la del piloto desconocido el restante 20%. ¿De acuerdo co este reparto?

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( 34 ).- JOSÉ TORRUBIA, O.F.M.: Crónica de la Provincia franciscana de Santa Cruz de la Española y Caracas (libro primero de la “Novena parte de la Crónica general de la Orden Franciscana. Roma, 1756). Estudio preliminar y notas por  Odilo Gómez Parente O.F.M. en “Fuentes para la historia colonial de Venezuela”. Caracas, 1972. La cita en pagina 230

(35 ).- CASAS,I.139 - NAVARRETE,I,95           

 

 

 

 

 

5.- Exposición hecha por Cristóbal Colón ante la Junta de Córdoba

            Por fin llegó el momento tan soñado por Cristóbal Colón para poder exponer ante la Junta nombrada por los Reyes Católicos su proyecto de circunnavegación a través del mar tenebroso de occidente. solemne debió ser aquel momento histórico. Los miembros de la Junta convocados por el prior del Prado Fray Fernando de Talavera, estaban deseosos de escuchar la palabra de aquel hombre del que ya habían oído informes sobre el plan que intentaba presentar. Cada uno de ellos -algunos de ellos mejor- llegarían con argumentos preparados para confundir al osado marinero que intentaba algo a lo que todos los marineros eran opuestos. Pensaban los unos que al otro lado del mar no existían tierra porque muchos marinos habían intentado aquella gesta y nadie lo había logrado y más de uno ni rastro había dejado de su aventura. Alguno estaba preparado a argüir que no era posible pasar el ecuador sin peligro de la vida. Alguno traería preparado el argumento de San Agustín de que no existían los antípodas. Afirmarlo sería proposición herética. Los más decididos venían con los cuchillos en alto, dispuestos a desbaratar la tesis del extranjero iluminado.

            No cabe duda de que Cristóbal Colón, a pesar de su carácter decidido y un poco arrogante, se hallaría como un estudiante que se presenta ante el tribunal de examen. Nadie está tranquilo del todo en semejantes momentos. Sin embargo, tenía el convencimiento de que haría un buen examen y tenía la esperanza de lograr lo que ansiaba. ¿Cual era la propuesta que iba a presentar a examen? Sencillamente, la de llegar a tierra de la especiería por el camino marítimo del occidente,. Según la linea que hallaba trazada en las cartas de Toscanelli. En aquel momento sonaban como golpes de martillo en su mente los nombres de India, Cipango, Katay, sin pensar en que todos aquellos nombres pudieran ser una fantasía creada por los escritos de Marco Polo, alegremente transcritos por el cosmógrafo florentino. Trataría de entusiasmar a los miembros del tribunal examinador con los tesoros de plata, oro, piedras preciosas y especias de toda clase que abundaban en aquellas tierras orientales donde las casas estaban cubiertas con tejas de oro. De todo ello había hecho exposición de ensayo ante los cosmógrafos de la corte de Portugal a los que habló tan entusiásticamente de la isla de Cipango, que sus interlocutores le consideraron un varón fantasioso, y sus tesis como imaginaciones. Al menos así suenan las palabras del historiador portugués Juan de Barros aludidas por Casas:

“Así que, propuesto este arduo y grande negocio ante el rey de Portugal.. dice la historia portuguesa que, porque Cristóbal Colón era hombre más hablador y glorioso en mostrar sus habilidades, y más fantástico de sus imaginaciones con su isla de Cipango, que cierto en lo que decía, dábale poco crédito.Dice más el dicho Juan de Barros,historiador portugués,que a fuerza de las importunaciones de Cristóbal Colón, el rey de Portugal cometió el negocio a Don Diego de Ortiz [Calzadilla].. y a maestre Rodrigo y a maestre Josepe... los cuales dice que tuvieron por vanidad las palabras de Cristóbal Colón por ser fundadas en imaginaciones y cosas de la isla de Cipango. Todo esto dice Juan de Barros en su historia  portuguesa”( 36 )

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(36 ).-CASAS,I,c.28,106-107

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

6.- ¿Tuvo Cristóbal Colón una verdadera teoría cosmográfica?

            Debemos conceder que Cristóbal Colón fue un hombre de unas lecturas muy intensas. De seguro que se habrá pasado muchas, pero muchas noches, de claro en claro leyendo sus autores preferidos a la luz parpadeante de una vela. Otra concesión es preciso hacer que nunca tuvo estudios superiores, ni bajo la dirección de ningún maestro cosmógrafo. Fue un hombre autodidacta, entendido en el mejor sentido que pueda tener esta palabra. No todo conocimiento logrado es necesario que haya nacido a la sombra de unos claustros universitarios. La universidad de por sí no da la ciencia, aún cuando la suponga. Muchos conocimientos se pueden lograr a base de lecturas bien asimiladas. Cristóbal Colón fue un hombre dotado de una inteligencia nada normal, por no decir fuera de serie. Gozó de una fuerza de asimilación de lo que leía, que no necesitaba ningún maestro a su lado. Hay el viejo aforismo que dice: “Quod natura non dat, Salmantica non praestat”. En una mollera llena de serrín nunca podrá entrar en la universidad. No se puede afirmar que Cristóbal Colón haya sido un sabio en toda su profundidad. El cura de Los Palacios le definió como “hombre de muy alto ingenio sin saber muchas letras”( 37 ).

             Puede ser esta una buena definición por lo mismo que el ingenio es algo innato, mientras que las letras son algo que uno debe adquirir con la industria y con el estudio. Sin embargo, es necesario conceder que en su tema era Cristóbal Colón hombre de mucha lectura en sus autores predilectos muy bien asimilados. No serían muchos los autores leídos, pero había asimilado perfectamente sus datos. Ya es dicho antiguo que es temible el hombre de un solo libro. Timeo hominem unius libri. Para la defensa de sus teorías tenía el Almirante suficientes conocimientos con la lectura de los viejos cosmógrafos conocidos, sobre todo del resumen de todos ellos plasmado en  las obras del famoso cardenal Pedro de Aliaco. Parte de las teorías del iluminado nauta no eran fruto de la experiencia que nadie había tenido. El movimiento se demuestra andando, y Cristóbal Colón tenía la mente llena de suposicionesde las que estaba personalmente  convencido  y anhelaba poder demostrarlas con su personal experiencia.No se puede afirmar alegremente como alguien alegre y ligeramente lo ha hecho que el Almiramte no tenía conocimiento de paralelos ni de coordenadas geográficas.Suum cuique

            Después de lo dicho, cabe la pregunta de si Cristóbal Colón tuvo una  verdadera teoría cosmográfica. Una teoría supone y exige una concatenación de conocimientos. Y si de una ciencia eminentemente experimental se trata, esos conocimientos exigen una base de medios nada comunes para  la adquisición de los mismos. Unos datos deberán ser fruto de la experiencia, mientras que otros muy bien pueden ser fruto del raciocinio. Que se sepa Cristóbal Colón no contó con instrumentos específicos para la adquisición de sus conocimientos, de donde se deduce que no pudo ser stricto sensu un cosmógrafo. Aquí surge la pregunta de si por algún tiempo pudo haber recibido enseñanza en la famosa escuela náutica de Sagres, fundada por Enrique el Navegante. caso de poder afirmarlo, nos veríamos obligados a cambiar mucho nuestra apreciación sobre sus conocimientos científicos. Y, aún cuando no se pueda afirmar su presencia en la citada escuela náutica, es cierto lo mucho que viajó por el mar desde muy joven, y en compañía de los navegantes portugueses después de su ingreso en Portugal en 1470.

            Del excelente aprovechamiento que Cristóbal Colón sacaba de sus lecturas son buena mostración  las numerosas apostillas  que fue dejando  en las obras  de sus autores preferentes como las del cardenal Pedro de Aliaco y de Eneas Silvio Piccolomini y otros. Además, existe constancia de libros de notas que tenía a los que hizo alusión Su hijo Fernando y Casas y el mismo Cristóbal Colón. Aludió Casas a “cosas que puso en sus libros por escripto”Y añade

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 (37).- ANDRÉS BERNÁLDEZ

 

 

más adelante:

             “Y todo esto dice Cristóbal Colón en sus libros de Memorias( 38 )

            El mismo Cristóbal Colón aludió más de una vez a sus propios escritos hoy perdidos. En una de sus apostillas al libro del cardenal Pedro de Aliaco, Imago mundi, escribió:

“Nota quod regnum Tarsis est in fine orientis, in fine Katay... Vide in libro 3 Regum, c. 9... et Nicolaus de Lira... et vide in nostris cartis a papiris ubi est sphera (=Ten en cuenta que el reino de Tarsis está en el fin del oriente, al final de Katay... Consulta el capítulo 9 del libro tercero de los Reyes... y Nicolás de Lira y lee nuestros escritos y papeles donde está la esfera)( 39 )

            Otras citas de sí mismo se conocen. En la apostilla 11 a la obra de Aliaco alude a una obra suya.En el folio 42v.escribe:

            “Vide in cartis 13 id quod ibi notavi spectantibus isto capítulo,quod aqua non cooperit tres quartas partes terrae et quod omnium(¿)marem sit navigabile(=Lee en el folio 13 de los papeles lo que allí anoté en relación con este capìtulo,que el agua no cubre las tres cuartas  partes de la tierra y que el mar es navegable en su totalidad)( 40 )

            “Nota quod Arbis civitas est in fine primi climatis... Haec civitas distat ab equinociali gradus 18  et ab occidente gradus 62. Vide in Ptolomeo et in quator cartis nostri (=Advierte que la ciudad de Arbis está al final del primer clima... Esta ciudad  dista de la equinocial 18 grados y del occidente 62 grados. Lee en Tolomeo y en los cuatro  folios de mis papeles)( 41 )

            Todo lo anotado es buena prueba de los apuntes que Cristóbal Colón tenía, en los que iba dejando consignados sus pensamientos. Como varón de talento no lo fiaba todo de su  memoria privilegiada. Ya  dejo hecha alusión  en otra parte a sus apuntes. En Málaga consta que en su entrevista con los Reyes Católicos les enseñó su mapamundi que siempre debió llevar consigo. Lo que no se puede pensar es que anduviese de un lado para otro cargado con sus libros y apuntes.

            Para tener una idea de lo expuesto por Cristóbal Colón ante la Junta de Córdoba y a falta de actas que seguramente no existieron de la misma, considero muy ajustado el resumen que dejó Fernando Colón, transcrito luego casi a la letra por Casas con estas palabras::

“Las causas que movieron al Almirante al descubrimiento de las Indias,digo que fueron tres,a saber:fundamentos naturales,laautoridad de los escritores y los indicios de los navegantes.En cuanto al primero, que es razón natural, digo que él consideró que como todo el agua y la tierra del mundo constituyen y forman una esfera, era posible rodearse de oriente a occidente, andando por ella los hombres hasta estar pies con pies los unos con los otros en cualquier parte que en opósito se hallasen.

            Lo segundo supuso y reconoció por autoridad de autores

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( 38 ).- CASAS, I, c.13,47

( 39 ).- ALIACO: Imago mundi,c.23, f.21v. Al pie de este mismo folio volvió repetir: “Hec omnia habemus de verbo ad verbum  in papiris”.(=Todas estas cosas las tenemos literalmente en los papeles). La palabra cartas no se debe entender por cartas de marear,como quiso interpretarlo E. Burón en la edición de la Imago mundi de Pedro de Aliaco (París, 1930, I,307)

( 40 ).- ALIACO, De Epilogo Mappamundi.Elmar, f. 42v. En el folio 13 de Imago Mundi dejó anotados Cristóbal Colón  los autores de que se sirvió en su relación del tercer viaje.

( 41 ).- En el folio 4 de la Imago Mundi se encuentra una tabla de distancias a la linea equinocial escrita por Cristóbal Colón.

 

aprobados, que gran parte de esta esfera había sido ya navegada y que no quedaba por ser descubierta, sino aquel espacio que había desde el fin oriental de la India de que Tolomeo y Marino tuvieron noticia prosiguiendo la vía de oriente y tornando por nuestro occidente a las

islas de Cabo Verde y de los Azores, que era la tierra más occidental que entonces estaba descubierta.

            Lo tercero, entendía que aquel dicho espacio que había entre el fin oriental conocido por Marino y las dichas islas de Cabo Verde no podía ser más de la tercera parte del círculo mayor de la esfera, pues ya el dicho Marino había descrito por el oriente quince horas o partes de veinticuatro que hay en la redondez de la tierra y, hasta llegar a las dichas islas de Cabo Verde, no faltaban cuasi ocho, porque aún el dicho Marino no comenzó su descripción tan al poniente.

            Lo cuarto hizo cuenta de que, si habiendo Marino escrito en su Cosmografía quince horas o partes de la esfera hacia el oriente, no había llegado aún al fin de la tierra oriental, que no era cosa razonable sino que tal fin estuviese mucho más adelante y, por consiguiente, cuanto más se extendiese hacia oriente,tanto vendría a estar más cercano a las dichas islas de Cabo Verde por nuestro occidente y que, si aquel espacio fuese mar,sería cosa fácil cosa navegarlo en pocos días y que, si fuese tierra,más presto sería por el mismo occidente descubierta, porque vendría a estar más cercana a dichas islas.A esta razón se junta lo que dice Estrabón que ninguno ha llegado con ejército al fin oriental de la India del que afirma Ctesias ser tan grande como la otra parte de Asia y Onesícrito afirma ser la tercera parte dd la esfera

                        La quinta consideración que hacía creer más que aquel espacio fuese

            pequeño era la opinión de Alfragano y quienes le siguen,que pone la redondez

de la tierra mucho menor que  los demás autores y cosmógrafos,no atribuyendo a cada grado de ella más que 56 millas y dos tercios,de la cual opinión concluía el Almirante que,siendo pequeña toda la esfera,por fuerza debería ser pequeño el espacio que Marino dejaba por ignoto y en poco tiempo navegable,de que infería asimismo que,pues aún todavía no estaba descubierto el fin oriental de la India,sería este fin el que está cerca de nosotros por occidente”( 42 )

                A estas postreras palabras de Fernando Colón añade Casas:

 “A esta razón ayuda lo que dice Estrabón en el libro 15 de su Cosmografía, que nadie llegó con ejército al fin oriental de la India y que Estesias escribe que es tan grande como toda la otra parte de Asia y que Onisícrito dice que es la tercera parte del esfera y Narco haber cuatro meses de canmino por llanp y Plinio dice...que la India es la tercia  parte de la tierra. Por manera que infería Cristóbal Colón que la tal grandeza causaría que estuviese más cercana a nuestra España por occidente”( 43 )

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(42 ).- FERNANDO COLÓN,c.6,62-63

( 43 ).- CASAS, I, c.5,28

 

 

 

            Me parece que el resumen escrito por Fernando Colón, a pesar de las críticas que se le puedan hacer, es el mejor resumen que tenemos sobre este punto. Mejor dicho, es lo único que tenemos. A parte de esto no existe ninguna otra relación en torno a este punto. No se cuenta más que con generalidades, como las del propio Casas que se contentó con decir de los miembros de la Junta:

“Ellos juntos muchas veces, propuesto Cristóbal Colón su empresa, dando razones y autoridades para que lo tuviesen por posible ( aunque callando las más urgentes, porque no le acaeciese lo que con el rey de Portugal) unos decían que cómo era posible que a cabo de tantos millares de años como habían pasado en el mundo, no se hobiese tenido noticia destas Indias”( 44 )

            Con estas frases generales tomadas de Fernando Colón, despacha Casas todo lo que pudiera o debiera haber dicho sobre el inicio y desarrollo de las reuniones y componentes de la Junta. Por lo relativo precisamente al desarrollo no existe ningún detalle que aconseje admitir ninguna estridencia, a pesar de lo que afirme el eternamente cicatero Casas.¿Que es lo que dice? Dice lo siguiente:

“Finalmente, aquesta materia fue, por entonces, una muy grande algarabía y, puesto que Cristóbal Colón les respondía y daba soluciones a sus argumentos y razones con ellas, con que se debieran satisfacer, pero como para que las comprendiesen hobiera menester Cristóbal Colón quitalles los erróneos principios primero sobre que fundaban su parecer, lo que siempre es más dificultoso que enseñar la principal doctrina... así que por esta causa pudo poco Cristóbal Colón satisfacer a aquellos señores que habían mandado juntar los reyes, y así fueron dellos juzgadas sus promesas y ofertas por imposibles y vanas y de toda repulsa dignas, y con esta opinión por ellos así concebida, fueron a los reyes y hiciéronles relación de lo que sentían”( 45 )

            ¿Que se puede decir de toda esta farragosa narración del todo vana y supérflua? Si lo que escribe pudiera darse por cierto, nos veríamos forzados a pensar que aquellos señores eran unos cabezas cuadradas, llenas de ideas falsas.No fueron capaces de comprender las razones de Cristóbal Colón cuando intentó “quitalles los erróneos principios sobre que fundaban su parecer”.

            Aún cuando parezca que adelanto referencias, no quiero dejar de transcribir palabras de Alejandro Geraldino alusivas a un momento de las sesiones de la Junta de Córdoba:

“Se discutía este proyecto en un Consejo compuesto de los hombres más eminentes en dignidad. Las opiniones estaban divididas, porque algunos prelados trataban la opinión de una herejía manifiesta, citando la

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( 44 ).-Ibidem,I,c.29,111

( 45 ).- Ibidem,l.c.29,111

 

 

 

 

 

 

autoridad de Lira sobre el globo terrestre y la de San Agustín de que no hay antípodas. Yo me encontraba por casualidad detrás del cardenal Mendoza, hombre igualmente recomendable por sus cualidades y por su sabiduría. Hícele presente que Nicolás de Lira era un teólogo muy hábil y San Agustín, un doctor de la iglesia ilustre por su santidad y doctrina, pero que ninguno de ellos era buen geógrafo”( 46 )

            El resumen que dio de la exposición Fernando Colón, podemos condensarlo en cuatro puntos:

1.- Esfericidad y extensión de la tierra;

2.- Existencia de los antípodas;

3.- Circunnavegación teórica del globo;

4 - Circunnavegación de facto del globo por el camino marítimo de occidente.

            Las tesis primera y segunda están aludidas en el primer punto del resumen de Fernando Colón y las tesis tres y cuatro están aludidas en los otros tres apartados. A todo esto podemos  reducir toda la problemática que pudo haber expuesto Cristóbal Colón.Lo demás serían únicamente derivaciones. Sin más pormenores vamos a proceder al estudio de cada uno de los puntos señalados.

 

7.- Extensión del globo terráqueo

            La extensión de la tierra fue  tema que preocupó constantemente los estudios de Cristóbal Colón.Esto lo fue dejando anotado a lo largo de sus lecturas:

“Desde el fin de occidente [España] hasta el fin de la India, la distancia por tierra es mucho mayor que la mitad de la tierra, esto es,

          180 grados”( 47 )

            Otra apostilla:

“La extensión de la tierra es mucho mayor de la afirmada por la generalidad de los filósofos”( 48 )

            Otra:

“Desde el límite de occidente, es decir, desde Portugal, hasta el fin de oriente,o sea, de la India, hay por tierra muy largo camino”( 49 )

            Hay que tener en cuenta que este largo camino lo calculó Cristóbal Colón por tierra de occidente a oriente, es decir, el camino que se hacía ordinariamente. En cambio, otro era el camino por el mar occidental para llegar al oriente de la India, él lo expresó así en una serie de apostillas:

            “El fin de España y el principio de la India[por occidente]no están muy distantes.Está demostrado que este mar es navegable en pocos días con  viento favorable”( 50 )

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( 46 ).-ALEJANDRO  GERALDINO

( 47 ). PEDRO ALIACO

( 48 ).-Ibidem

( 49 ).-Ibidem,

( 50 ).-Ibidem,

 

 

 

 

 

            Otra:

“El fin de la tierra habitable hacia oriente y el fin de la tierra hacia occidente están muy próximos y en medio existe un pequeño mar”( 51 )

            Otra más conocida:

“Advierte que si la Tapróbana está como el texto indica,distaría del occidente [España] 58 grados, por lo que bien decimos que entre España y la India media un pequeño mar”( 52 )

            En el Diario del tercer viaje, recogiendo la doctrina de los viejos cosmógrafos a través de las expresiones del beato Juan Escoto, de Rogerio Bacón y de Pedro de Aliaco, escribió:

            “Plinio escribe que la mar e la tierra hace todo una esfera y pone que esta mar océano sea mayor cantidad del agua... El Maestro de la Historia Escolástica [Pedro Comestor] sobre el Génesis dice que las aguas son muy pocas... y en esto concierta Nicolás de Lira.El Aristótel dice que este mundo es pequeño y es el agua muy poca y que fácilmente se puede pasar de España a las Indias. Y esto confirma el Avenruiz y lo alega el cardenal Pedro de Aliaco autorizando este decir y aquel de Séneca, el cual conforma con éstos diciendo que Aristóteles pudo saber muchos secretos del mundo a causa de Alejandro Magno, y Séneca a causa de César Nero y Plinio, por respecto a los romanos, los cuales todos gastaron dineros e gente y pusieron mucha diligencia en saber los secretos del mundo y darlos a entender a los pueblos. El cual cardenal da a éstos grande autoridad más que a Tolomeo, ni a otros griegos ni árabes. Y a confirmación de decir que el agua sea poca y que el cubierto del mundo della sea poco al respecto de lo que se decía por autoridad de Tolomeo y de sus secuaces, a esto trae una autoridad de Esdras, ansí como es San Anselmo e San Ambrosio en su Exameron... las cuales autoridades también alega Francisco de Mairones. En cuanto en esto del enjuto de la tierra, mucho se ha experimentado que es mucho [más] de lo que el vulgo cree. Y no es maravilla, porque, andando más, más se sabe”( 53 )

            Esta convicción de Cristóbal Colón sobre la cortedad del mar existente entre España por el occidente y la India por el oriente traía su origen de Aristóteles que definió:

“Entre el fin de España y el principio de la India existe un pequeño mar, navegable en pocos días”( 54 )

            El camino recorrido por esta creencia lo describe con detalle el mismo Cristóbal Colón en el texto transcrito, con palabras casi exactas a las de Pedro de Aliaco.

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( 51 ).-Ibidem,

( 52 ).-Ibidem

( 53  ).- NAVARRETE,I,215 - CONSUELO VARELA, 243. Plinio: Historia natural, II, 66-67 - El Génesis dice: “E hizo Dios el firmamento y separó las aguas que están debajo del firmamento de las que están encima del firmamento... Dijo Dios: Reúnanse en un lugar de las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco... A lo seco llamó Dios tierra y a la reunión de las aguas llamó mar” (I, 7-10). Aristóteles: “Inter finem Hispaniae et principium Indiae est mare parvum et navigable in paucis diebus”( C., 23) - Averroes (II, 26-98) - Esdras:”Et tertia die imperasti aquis congregari in septima parte terrae, sex vero partes siccasti et conservasti ut ex his sint coram te ministrantia seminate... Quinto autem die dixisti septimae parti terrae ubi erat aqua conggregata ut procrearet animalia.” Pedro de Aliaco: Imago Mundi, cc. 11 y 12 y 49; Epilogus Mapae mundi,De figura terrae  y  De mari - San Agustín: De Civitate Dei, 17, 24 - San Ambrosio: De bono mortis, c. 10

( 54 ).- ARISTÓTELES

 

 

 

 

 

                He querido transcribir íntegro el anterior texto que reproduce la convicción de Cristóbal Colón, sobre todo después de haber conocido el hemisferio sur. Siguiendo a Tolomeo y en los mejores cosmógrafos incluidos los escolásticos como Escoto y Pedro de Aliaco, admitió como tesis segura la redondez o esfericidad de la tierra. Lo que añadió en relación con  hemisferio sur fue obra de su experiencia más o menos bien constatada.

            Posteriormente expresó en su Diario del cuarto viaje:

“El mundo es poco. El enjuto dello en seis partes, la séptima solamente cubierta de agua. La experiencia ya está a la vista...Digo que el mundo no es tan grande como  dice  el vulgo y que un grado de la equinocial está 56 millas y dos tercios”( 55 )

            Su convicción de que un grado equivalía a 56 millas y dos tercios la dejó machaconamente consignada en múltiples apostillas:

“Respondet  quodlibet  gradus  miliariis  56 2/3, id  est, 14  leuce  et  23  passus”( 56 )

Otra:

“Quodlibet gradus habet miliaria 56 2/3, et sic habet totus curcuitus terrae 20.400 millas”( 57 )

Otra:

            “Nota quod quodlibet gradus equinocialis realiter respondet miliaria 56 2/3”( 58)

Otra

“Concordant respondet quilibet gradus miliaria 56 2/3, et hae est realis,reliqua vero vocalis”( 59 )

Otra:

“Unus gradus respondet miliariis 56 2/3 et circuitus terrae est leuche 5.100; haec est veritas”( 60 )

            Otra                                                                            

“Nota. La latitud de los climas...en lo que todos los autores están acordes es de 56 millas  y dos tercios para cada grado .Esta es la medida exacta y lo demás es cuento”( 61 )

            Aceptadas las medidas del geógrafo Alfragano con la tierra dividida en 24 partes y un total de 360 grados, atribuyó a cada una de las partes 56 millas y dos tercios (=83 kilómetros. De acuerdo con estos datos, tendría el círculo máximo del globo o ecuador, una longitud de 20.400 millas aproximadamente, equivalentes a unos 30.000 kilómetros, de los que las seis partes eran tierra y la séptima agua, de acuerdo con las palabras de Esdras aceptadas por los autores más destacados, entre los cuales se contaba el autor predilecto de Cristóbal Colón, el Cardenal Pedro de Aliaco. De acuerdo con estas medidas, la anchura del mar podría considerarse entre 700 y 800 leguas o su equivalente unos 4.000 kilómetros. En sus cálculos usó Cristóbal Colón la milla italiana, cuatro millas cada kilómetro, como  lo destaca en muchos lugares de sus escritos, concretamente en su Diario de a bordo del primer viaje.

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( 55 ).-NAVARRETE,I,211 ?

( 56 ).-ALIACO,Imago mundi

( 57 ).-Ibidem,

( 58 ).-Ibidem,   Anot.30

( 59 ).-Ibidem,

( 60 ).-Ibidem,Epílogo al mapamundi.Extensión de la tierra,f.42    Anot.491

( 61 ).-Ibidem,      Anot.31

 

 

 

 

 

 

            Si Cristóbal Colón no era un geómetra científico, conocía al dedillo las conclusiones de los viejos autores. Hay que tener muy en cuenta su punto de partida para el cálculo de sus mediciones, que no fue el de Tolomeo al occidente en los confines de España, sino las islas Azores o las de Cabo Verde o también las Canarias. En parte sus averiguaciones las había logrado durante su estancia en Portugal, por lo que es muy aceptable su partida de las Azores o Cabo Verde.

            En contra de quienes han querido afirmar que Cristóbal Colón no conocía las islas de Cabo Verde está la afirmación del propio interesado que, en el Diario del tercer viaje, dejó escrito:

            “Y después que fuí a las islas de Cabo Verde, allí en aquellas tierras, es la gente

            mucho  más  negra, y  cuanto  más  abajo  se  va  al austro, tanto más llegan al extremo”( 62 )

            Puede que nuestro hombre no estuviera del todo acertado en sus conclusiones y medidas y que éstas no hayan sido del todo exactas, pero él estaba seguro íntegramente que el globo es esférico o como él lo prefería, redondo que en su mente no equivalía exactamente a esférico. Y si era redondo, no tenía la más mínima duda de que podía ser circunnavegado en un tiempo más o menos imaginado. Dice el aforismo filosófico que magis vel minus non mutat speciem que en este caso puede traducirse que si el globo era más grande de lo que se pensaba, obligaría a un tiempo mayor y a unas provisiones también mayores. Lo cierto fue que cuando Cristóbal Colón equipó las naves, las abasteció con los suficientes alimentos para un año y para más, como apuntó Casas. Estaba fuera de toda realidad la afirmación de los navegantes poco instruidos de que no era posible recorrer las distancias marítimas en menos de tres años. La extensión del globo no podía ser tan grande. Y si no lo era, podría ser circunnavegante la redondez de la tierra. Esa era la convicción del experimentado nauta.

            Antes de proceder adelante cabe decir que las experiencias que Cristóbal Colón las había logrado en sus navegaciones en Portugal ya que a base de los estudios que pudo haber realizado en los libros. De sus experiencias en Portugal ha dejado numerosos testimonios de los que bastará citar uno con estas sus palabras:

“Ten en cuenta que navegando muchas veces desde Lisboa al sur hasta Guinea observé con diligencia la ruta, como suelen los capitanes y marineros y, además, tomé la altura del sol con el cuadrante y con otros instrumentos muchas veces y hallá la concordancia con Alfragano, es decir, la equivalencia de cada grado con 56 millas y dos tercios. Por lo mismo, débese dar fe a esta medición. Por tanto, podemos afirmar que el perímetro de la tierra en el círculo equinocial es de 20.400 millas, lo mismo que averiguó el maestro José, físico y astrólogo, y otros muchos enviados con este exclusivo fin por el serenísimo rey de Portugal. Esto mismo lo puede comprobar cualquiera que mida por las cartas de navegación, tomando la medida de norte a sur por el océano, fuera de la tierra totalmente en linea recta lo que muy bien se puede hacer empezando  en  Inglaterra o Irlanda en línea recta hacia el sur hasta Guinea”( 62 )

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( 62 ).- ALIACO,Epilogus mappae mundi,De quantitate terrae,f.42.La similitud de expresiones con la apostilla al libro de Eneas Silvio Piccolomini,podría aconsejºar que ambas anotaciones hayan sido producto de una misma mano. La puesta en Piccolomini fue obra de Bartolomé Colón,sin embargo,esta del libro de Aliaco ha  sido obra de Cristóbal Colón.En prueba de ello bastaría la autoridad de Casas, buen conocedor de la letra de ambos,muy parecidas las dos.El- no duda en atribuir esta apostilla al Almirante sin ningún género de duda:“En otras partes de sus escritos afirma haber muchas veces navegado de Lisboa a Guinea y que notó con diligencia que el grado responde en la tierra a 56 millas y dos tercios” (Casas, I,c.3,24). La referencia a estas palabras de Cristóbal Colón es bien clara y aleja toda dubitación.

 

 

            Existen más de un modo de enfocar la realidad de Cristóbal Colón cuando de sus cálculos geométricos se trata. Insisto en que él no era un geómetra científico. Simplemente era un lector muy aprovechado y un estudioso incansable y muy inteligente para asimilar lo que leía. A la hora de elegir un patrono de sus mediciones, eligió a Alfragano y se equivocó al haber admitido con toda seguridad la longitud del grado de la esfera terrestre en 56 millas y dos tercios, separándose en este punto de Toscanelli que daba al grado 62 millas y medio. También vimos como en esta su medición fue constantísimo. En lo que radicó su mayor equivocación fue en identificar la milla árabe de Alfragano, equivalente a 1973 metros y medio, con la milla italiana por él usada, equivalente a solo 1477 metros y medio. No hubiera estado en mucho su equivocación de admitir las medidas exactas de Alfragano cuyos cálculos dan al ecuador 40.007 kilómetros, mientras que con la milla italiana equiparada a la de Alfragano, logró Cristóbal Colón reducir en un tercio la dimensión del ecuador. Tampoco los viejos geómetras estuvieron plenamente afortunados en sus cálculos, ya que los de Alfragano daban al círculo ecuatorial 44.000 kilómetros, lo de Erastótenes daban 40.000 y los de Tolomeo, 30.000. No existió entre ellos uniformidad. ¿Por qué se le debe exigir a Cristóbal Colón que la tuviera? Pudo haberse equivocado y se equivocó como se equivocaron todos sus antecesores, sin embargo, estaba segurísimo de la posibilidad del viaje de circunnavegación de la tierra,bien fuera por  mar sino encontraba tierras antes, o por tierra, si las encontraba.Siguiendo sus puntos de vista, vamos a ver si el viaje era o no posible y si el globo podía ser circunnavegado, como él lo había defendido en todo momento contra viento y marea. Dejadas ya de lado la teoría de la esfericidad de la tierra por todos admitida y el tema de las distancias más o menos grandes que sería preciso recorrer para llegar a la India por la ruta marítima del occidente, hácese imprescindible analizar la posibilidad de lograr con éxito el viaje. Para ellos es necesario desdoblar el tema y distinguir dos aspectos: !) Posibilidad teórica de la circunnavegación del globo y 2) Posibilidad de hecho en aquellos momentos de la tal circunnavegación.

 

6.- Posibilidad teórica de la circunnavegación del globo.

            Partiendo de la tesis universalmente admitida en aquellos días de la esfericidad de la tierra y conocidos los postulados de Cristóbal Colón anteriormente expuestos, no podía existir duda razonable de esa posibilidad, existieran o no tierras intermedias. Era creencia común pero equivocada entre los navegantes de que al occidente no existían tierras. Era una suposición equivocada de los pesimistas. Por mar o por tierra era innegable que podría llegarse a la India, que era lo que se pretendía. Recuérdese la argumentación de Raimundo Lulio que demostró con argumento a pari la necesaria existencia de las tierras occidentales para explicar el flujo y reflujo de las aguas del mar. Por otra parte, la afirmación de los navegantes que negaban la existencia de las tierras occidentales carecía de todo valor por carecer de la experiencia para afirmarlo. Únicamente era necesario encontrar el piloto experto y decidido que osara emprender el viaje. Cristóbal Colón estaba dispuesto y decidido a emprenderlo. Para él no existían ni las terroríficas leyendas que envolvían el mar, ni el miedo a lo desconocido

 

 

 

que había impedido a los anteriores navegantes iniciar aquella aventura. Y, si alguno la había intentado, no había regresado a dar cuenta de sus conocimientos. Esto sí era lo terrorífico y lo que infundía miedo. Los navegantes portugueses nunca se habían aventurado a distanciarse de las costas y eran ello quienes sembraban la falsa idea de la inexistencia de las tierras occidentales. Los navegantes españoles, o la mayor parte de ellos, no hacían más que repetir lo que afirmaban los portugueses, sin percatarse que en Portugal se celaba muy mucho el misterio de las aguas del océano para evitar toda competencia en los dominios del mar, y en primer lugar la competencia de los navegantes hispanos. Le pasaba a los portugueses lo que al perro del hortelano, que no come las berzas ni quiere que nadie las coma. Veamos como los navegantes españoles repetían lo que habían conocido de los portugueses, reproduciendo el pensamiento de algunos de ellos.

            En la probanza hecha en Palos el 15 de febrero de 1515 dijo Bartolomé Colón, hombre muy experto en las cosas de la mar:

“Era público e se decía que no había tierra de aquella parte, porque se había ido a buscar de Portugal muchas veces e que decían que la dicha

          empresa e ida que facía el dicho Almirante era vana e que esto andaba público por estos puertos”( 63 )

            Juan Quintero dijo en Palos contestando a la probanza del Almirante el día 15 de febrero de 1515:

“Se decía públicamente que, porque de Portugal habían ido a descobrir por

 aquellas partes e no fallaban tierra, que la dicha empresa del descobrir que el dicho Almirante llevaba era vana”( 64 )

            Lorenzo de Armada dijo en la misma probanza del Almirante en Puerto Rico en septiembre de 1514:

“Antes que se descubriesen[Indias]oyó decir este testigo a muchas personas que, partiendo de Castilla facia el ueste que no se podía hallar tierra”( 65 )

            En la misma probanza del Almirante declaró en Moguer el día 12 de febrero de 1515 Martín González:

                        “Muchos hombres sabios de la mar decían que, corriendo por el ueste desde el cabo de Sant Vicente e por otros vientos que señalaban, decían que nunca hallarían tierra aunque andovieran dos años e porque todos decían que era vana la esperanza del dicho Don Cristóbal e hacían burla dél diciendo que era imposible hallar tierra el dicho Almirante”( 66 )

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( 63 ).- AGI., Patronato,12,pieza,3,f.16  - PLEITOS COLONINOS, II, 51

( 64 ).- Ibidem,pieza 3,f.22 - PLEITOS  COLONINOS II, 59

( 65 ).-  Ibidem,pieza 4,f.32

( 66 ).- AGI., Patronato, 13, pieza 3, f. 35

 

 

 

 

 

 

El piloto Juan Rodríguez de Mafra, en la probanza del Almirante, declaró en San Salvador en 1515:

“Sabe e es notorio que, antes que el dicho Almirante Don Cristóbal Colón descubriese las Indias, se decía que en aquellas partes la vía del  ueste, no había tierra e que era imposible hallarla...y quel rey de Portugal  había  armado  una  o  dos  veces  e se volvían  sin  hallar tierra ”( 67 )

            En esta tesitura de negación de tierras al occidente del mar océano estuvieron los restantes testigos, apoyados en la autoridad de los navegantes portugueses que negaban la existencia de aquellas tierras sin jamás haberlo comprobado personalmente. era una negativa sin fundamento alguno, como no fuera la creencia de la imposibilidad de pasar la linea ecuatorial que aislaba el hemisferio norte del hemisferio sur. Pero este argumento no tenía fuerza alguna en el ánimo de Cristóbal Colón que había rebasado más de una vez la línea ecuatorial y observado su perfecta habitabilidad. Por otra parte tenían la íntima convicción de la existencia de esas tierras al occidente, convicción nacida en él de sus extensas lecturas y de las múltiples experiencias propias y extrañas que le forzaban a creer en la existencia de esas tierras occidentales. En varias ocasiones manifestó Casas esa interna convicción de Cristóbal Colón sobre la existencia de las tierras al occidente del océano en una de las cuales escribió:

“Según tengo entendido que cuando determinó buscar un príncipe cristiano que le ayudase y hiciese espaldas, ya él tenía certidumbre que había de descubrir tierras y gentes en ellas, como si en ellos personalmente hobiera estado (de lo cual yo cierto no dudo) quiero en los siguientes capítulos referir algunas razones naturales y también testimonios y autoridades de sabios antiguos y modernos varones por las cuales pudo muy razonablemente moverse a creer y aún tener por cierto  que  en  el  mar  océano, al poniente y mediodía podía hallarlas”( 68 )

            No he jurado en las palabras de ninguna autoridad humana y menos en la de Casas, pero la verdad es que Cristóbal Colón, por las razones que haya tenido,estaba convencido con fuerza de varón iluminado de la existencia de tierras al otro lado del mar occidental. Hoy esta verdad parece de una evidencia incontrovertible para nosotros que vivimos a siglos de distancia de aquellos hechos. Existieron hombres antípodas o no, eso nada tenía que ver con la existencia de unas tierras occidentales cuya demostración ya Raimundo Lulio había razonado con argumento casi de necesidad.¿De donde nación en Cristóbal Colón aquella certeza que tenía sobre la existencia de las tales tierras? Hoy parece la cosa más racional pensar que, si la tierra es esférica, se podía llegar a esas tierras a través del mar, sin tener ni idea de si el recorrido iba a ser más o menos largo y duradero. Este recorrido pudieron haberlo hecho los navegantes que acometieron empresas similares por el oriente hacia el

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 ( 67 ).- Ibidem,pieza 3,f.74 - PLEITOS COLONINOS,II, 79

( 68 ).- CASAS, I, c.4, 27

 

 

 

occidente y podría llevarlo a feliz término quien acometiera el viaje de occidente hacia oriente.¿Cuanto tiempo sería necesario para rematar el periplo de dar la vuelta al globo? Tal vez Cristóbal Colón no soñó con tal empresa, satisfecho con llegar a la India. Ese fue su propósito. No llegó a la India, como era su intento, pero lo hubiera logrado si la vida le hubiera dado posibilidad de hacerlo.¿Cuanto tiempo le haría falta para ello? Con toda seguridad no se planteó este tema del tiempo o si se lo planteó en serio, pensó que no podría ser tan largo como los que afirmaban que no podría realizarse el viaje en menos de dos o tres años. A Cristóbal Colón no debió interesarle este aspecto del tiempo necesario o no le interesó de una forma trascendental. Lo del tiempo era cosa de menos importancia para él que estaba seguro de la posibilidad de lograr un sueño de aventura por nadie intentado. De que nadie lo había intentado estaba él seguro y así lo manifestó posteriormente en el Memorial de Mejorada al escribir:

            “El año de 1492 los muy altos e poderosos príncipes el rey e la reina... enviaron al su Almirante a tentar e descubrir las Indias... por el mar océano... el cual camino jamás nadie navegó”( 69 )

            Hay que insistir en que Cristóbal Colón, aparte de las autoridades y razones que pudiera tener basadas en sus propias experiencias, en sus lecturas y en las autoridades de otros navegantes, aún prescindiendo de las supuestas y posibles manifestaciones del piloto desconocido, existía en su ánimo la certeza de la existencia de las tierras que anunciaba con una convicción de iluminado. Casas estuvo viendo en cada paso de nuestro hombre la mano providente de Dios. No es preciso que lo admitamos. Ni hay por qué descartar esa posibilidad. No hay nada que contradiga que Dios haya escogido a Cristóbal Colón para protagonista de la mayor gesta de la historia humana. En él se dieron cita todas las circunstancias y condiciones necesarias para poder acometerla, precisamente en momentos en los que había cundido entre los hombres de la mar la idea de que al otro lado de las aguas no existían ningunas tierras.Los proyectos de Cristóbal Colón podrían involucrar una aventura, pero la idea de sus contrarios era punto menos que irracional, cuando se afirmaba la posibilidad de circunnavegar el globo y encontrar tierras en la derrota. Por otra parte no amilanaban al héroe el miedo que venía dominando la mente de los navegantes de su tiempo, con la narración de leyendas fantasiosas y terroríficas en torno a un mar plagado de monstruos que se tragaban todo lo que llegaba a su alcance. Ese era el contenido de los muchos libros que circulaban entonces. Cristóbal Colón había recorrido los mares conocidos más y los conocidos menos, en una y otra dirección. Conocía el mediterráneo y el atlántico y no había encontrado en sus navegaciones nada que se pareciera a cuanto en los libros se narraba. Tampoco creía que, navegando mar adentro -hacia abajo, como entonces se decía- no era posible que las naos pudieran regresar cuesta arriba. Este fue el miedo que llegó a agarrotar el ánimo de sus compañeros del primer viaje cuando notaron que los vientos favorables del este empujaban las naves hacia el occidente y llegaron a pensar que no podrían regresar a sus lares. Fue la falta de valor y no otra la causa que detuvo durante años y siglos a los humanos en acometer la empresa con la que ahora soñaba este aventurero que conocía los secretos no sólo de la tierra sino los del cielo y del mar y todos los

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( 69 ).- CONSUELO VARELA,170.Esto mismo escribió el Almirante en el prólogp del Diario de a bordo del primeer viaje:”Ordenaron que yo no fuese por tierra al oriente por donde se acostumbra de andar,salvo por el camino de occidente por donde hasta hoy no sabemos  por cierta fe que haya pasado nadie”(Navarrete,I,86)

 

fenómenos que en ellos pudieran desarrollarse. Tenía la experiencia de los eclipses y de los vientos y de las tormentas y de las estrellas de todo el hemisferio norte. otra cosa distinta sería el hemisferio sur cuando notara en él fenómenos que hasta entonces no había conocido, como el juego de las agujas de la brújula y otros que trató de descifrar con mejor o peor suerte, incluso la esfericidad de la tierra en aquel hemisferio. Alguien tenía que ser el humano que osara romper las ataduras y los misterios del mar tenebroso. Fue él quien acertó a poner de pie un huevo, el famoso huevo de Colón. Los demás pudieron hacerlo, pero no lo hicieron. pasa lo que en un acertijo al que nadie acierta a darle solución, y cuando se pone de manifiesto quedan estupefactos de la facilidad en descifrarlo.

            Desde la más remota antigüedad habían los navegantes realizado largos periplos marítimos de los que no habían quedado más que leyendarias relaciones. Los cosmógrafos habían realizado siglo tras siglo cálculos e investigaciones plasmadas en obras que pudieran ofrecerlas llenas de fantásticas descripciones. Un muro infranqueable separaba inexorablemente los dos hemisferios en que se decía estar dividido el globo. El hemisferio norte, el nuestro, ya estaba en el siglo XV suficientemente investigado. No ocurría otro tanto con el hemisferio sur, lleno de misterios y de terroríficas leyendas. Para los vivos nadie había pasado ese muro intransitable o, si lo había hecho, no había podido contarlo por no haber regresado de su aventurado viaje.

 

7.- Regiones en que los antiguos dividieron el globo

            Un breve estudio de este punto pondrá de manifiesto que los antiguos no anduvieron tan fuera de razón al dividir el globo en cinco zonas, a partir de la ecuatorial, unas al norte y otras al sur. La zona tórrida, equinocial o ecuatorial es la central en torno al ecuador. Al norte está el trópico de Cáncer y al sur el de Capricornio seguidos al norte por el polo ártico y al sur por el antártico.

            A pesar de que ya Tolomeo había dejado asentado que la zona tórrida era habitable, existió después la falsa convicción de que no era cierto ni posible pasar sin riesgo la linea equinocial. Cristóbal Colón tenía su personal experiencia de haber pasado esa linea y así lo dejó manifestado en varias de sus anotaciones en las que también manifestaba que era una zona templada y muy apta para la vida.

             Veamos esas anotaciones:

“África est in duplo quam Europa e quamvis in medio ipsius sit terra arenosa, tamen, in aliquibus locis habitatur. A parte australi et septentrionali habitant gentes sine numero. Nec impedit maximun calorem. Et sub linea equinotiali ubi dies semper sunt horarum duodecim, habet castrum serenissimi regis Portugalliae in quo fui et inveni locus temperatus esse”( 70 )

            Otra:

“Zona tórrida non est inhabitabilis,quia per eam hodie navigant portugallenses; immo, est populatissima, et sub linea equinotiali est castrum Minae, serenissimi regis Portugalliae quem vidimus”( 71 )

            Otra:

            “Sub  linea equinociali perpendiculariter, est castrum Minae serenissimi regis

            Portugalliae quem vidimus”( 72 )

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( 70 ).-ALIACO,c.32 f. 25

( 71 ).- ALIACO,c.6,f. 12

( 72 ).- ENEAS SIKVIO PICCOLOMINI:De rebus gestarum ubique terrarum, f. 3v

 

 

 

 

Otra que transcribe Casas:

“Yo estuve en el castillo de la Mina del rey de Portugal, que está debajo de

            la equinocial y así soy buen testigo que no es inhabitable, como dicen”( 73 )

            Otra con más riqueza de pormenores:

Advierte que, navegando yo muchas veces desde Lisboa al sur hasta Guinea, noté diligentemente la ruta, como suelen hacerlo los capitanes y marineros, y después tomé la altura del sol con el cuadrante y con otros instrumentos muchas veces y averigüé la concordancia con Alfragano...Y esto puede comprobarlo cualquiera que haga la medición por las cartas de navegación, midiendo de norte a sur por el océano en línea recta, fuera de la tierra, lo que bien se puede hacer comenzando  en  Inglaterra  o  Irlanda  en linea recta hacia el sur hasta Guinea”( 74 )

            He querido transcribir estos varios testimonios del propio Cristóbal Colón sobre la posibilidad de pasar sin riesgos la linea equinocial y ver la mucha gente que allí vivía en un clima templado. El tabú de una linea que no sería posible pasar, ya había dejado de existir. y si la linea equinocial era transitable, también podría realizarse el viaje al occidente siguiendo el mismo paralelo 28 de las islas Canarias. Los viejos cosmógrafos habían escrito razonando a pari o simili modo que los parajes del hemisferio sur deberían ser lo mismo que los del hemisferio norte ya conocido. Cristóbal Colón había pasado personalmente en más de una ocasión abajo del ecuador y tenía la seguridad de poder realizar el viaje transoceánico que soñaba. En relación con la semejanza de los lugares del hemisferio sur con los del hemisferio norte, él mismo dejó escrito en una de sus apostillas eeen la obra de Pedro de Aliaco:

“La mitad de la tierra no está cubierta de agua y la cuarta parte que está abajo del ecuador, opuesta a esta en que estamos, tiene una misma disposición y, por lo mismo, deben de estar ambas libres de agua y ambas son igualmente habitables”( 75 )

            Redondeando esta primera convicción de habitabilidad en el hemisferio sur a semejanza del hemisferio norte, dejó escritas otras apostillas, entre ellas la habitabilidad de las zonas polares:

“La tierra está habitada hasta el mismo lugar de los polos (o quicios extremos de la tierra) donde es día durante seis meses. Allí vive una gente felicísima que no muere a no ser cansados de vivir”( 76 )

            Apoyado en los versículos 42 y 47 del libro del profeta Esdras -hoy tenidos por apócrifo- y aceptando a rajatabla su autoridad, tuvo Cristóbal Colón la convicción íntima de que la mayor parte del globo era tierra libre de agua:

“El tercer día mandaste que las aguas se congregasen en la séptima parte de la tierra, mientras que secaste las otras seis partes y las conservaste para que te sirviesen con sus siembras. Y el quinto día ordenaste la séptima parte, donde estaban reunidas las aguas, que produjeses animales”( 77 )

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( 73 ).- CASAS, I, c. 3, 24 - ALIACO,Anot. 16

( 74 ).- ALIACO:Imago mundi,f,42 Anot.490

( 75 ).- Ibidem,

( 76 ).-Ibidem,

( 77 ).-Ibidem:Imago mundi,

 

 

 

 

 

La autoridad que concedió al profeta Esdras enraizó en su alma tan profundamente como una vivencia que le llevó a creer que el globo estaba compuesto por seis partes de tierra contra una sola parte de agua. Esta convicción le arrastró a reducir sensiblemente la extensión de las aguas del mar, hasta el punto de concluir con Aristóteles, según ya queda anotado, que “entre el fin de España y el principio de la India existe un pequeño mar, navegable en pocos días.

            No perdió ocasión de anotar o apostillar las frases que le parecieron más destacables de su autor de preferencia Pedro de Aliaco, ni de Toscanelli o de Marco Polo, ni las descripciones de los franciscanos que habían viajado a la corte de los mongoles y recorrido la mayor parte de Asia. Todo sirvió para encender en su alma el fuego y el ansia de viajar a ese mundo  descrito como  lleno  de  riquezas. Escribió  Aliaco  aludiendo  a la  isla de Tapróbana.(Ceilán):

“Entre estas montañas hay innumerables islas, algunas de ellas llenas de margaritas y piedras preciosas”( 78 )

Cristóbal Colón anotó:

“Trapóbana tiene piedras preciosas y elefantes”( 79 )

            Escribió Pedro de Aliaco:

“Produce[Taprobana]marfil y muchas piedras preciosas. Allí se encuentran montes de oro a los que no es posible llegar a causa de lo dragones, grifones y los innumerables monstruos humanos”( 80 )

            Sin sentirse asustado por los “monstruos humanos”se contentó Cristóbal Colón con anotar:

            “La India tiene muchas cosas, clases de especias, muchas piedras preciosas y

             montes de oro”( 81 )

             Era lo que únicamente le interesaba. Y todo lo consideraba al alcance de la mano cuando escribe:

             La frontera de la India baja hasta el trópico de Capricornio”( 82 )

:           “Debe entenderse que la frontera de la India,que está  hacia nosotros, es decir, hacia España, extiéndese desde las regiones del norte hasta el trópico de Capricornio”( 83 ).

             Con las reiteradas anotaciones parece como si intentase dejar bien definidos los límites de la India que atraían casi irresistiblemente todos los alientos de su espíritu.¿Que mente soñadora como la suya podría resistirse a la atracción del auri sacra fames horaciano que se le mostraba en tan diferentes modos? No le asustaban los dragones, ni los grifones, ni los miles de monstruos que pudieran poblar el mundo desconocido. Únicamente sentía la voz de las riquezas de que le hablaban los autores que había leído. El mismo cardenal Pedro de Aliaco más de una vez a reproducido en sus escritos las fantasiosas expresiones de Marco Polo o de Juan de Mandeville o de los mismo misioneros franciscanos que habían referido algunas fantasías que habían escuchado.

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 ( 78 ).-Ibidem,

( 79 ).-Ibidem,

( 80 ).-Ibidem,

( 81 ).-ALIACO:Imago mundi

( 82 ). -Ibidem,

( 83 ).- Ibidem,

 

            Cuando los viejos cosmógrafos escribieron sobre las tierras del hemisferio sur, conocidas por referencias más o menos fidedignas, dejaron hechas alusiones a multitud de islas en aquellas partes que dejaron consignadas en sus mapas. A este propósito dejó escrito Aristóteles:

“Es muy verosímil la existencia también de otras muchas islas... algunas ciertamente mayores que la tierra continental y otras menores, todas las cuales nosotros no hemos visto...Muchas otras islas se mencionan a lo ancho del mar, algunas de las cuales son en realidad grandes y circundadas por vastos mares”( 84 )

            Dejo aducida la argumentación de Raimundo Lulio para demostrar la existencia de las tierras continentales al otro lado del mar. Experimentalmente nadie podría hablar de ellas ni tener, por lo mismo, personal convicción, porque nadie había llegado a ellas. Por eso, pudo afirmar el mismo Cristóbal Colón en el prólogo al Diario de a bordo del primer viaje:

[Sus altezas]ordenaron que yo no fuese por tierra al oriente por donde se acostumbra de andar, salvo por el camino de occidente por donde hasta hoy no sabemos por cierta fe que haya pasado nadie”( 85 )

            Los muchos días dedicados a sus lecturas predilectas, habían creado en él la certeza de poder circunnavegar el globo, sin importarle las innumerables leyendas que pudieran crear miedo en otro espíritu menos fuerte que el suyo. Las leyendas terroríficas eran de todo tipo, comenzando con la existencia de seres humanos de la más rara catadura. La fantasía había creado hombres con una sola pierna con la que daban saltos prodigiosos; seres sin cuello con los ojos en los hombros, otros sin boca. Los había desnarigados, morrudos con un labio superior tan desarrollado que les servía para defenderse del sol. existían pigmeos, macrocéfalos inmensamente cabezudos, grifos y dragones que defendían los montes de oro, como escribió Aliaco de la isla de Taprobana. Los monstruos eran de todo tipo. A tal punto llegó la fantasía de los escritores antiguos que no tuvo límite.El mismo Cristóbal Colón,haciéndose eco de lo que oía los indios,siquiera no los creyese,dice el día 4 de noviembre de 1492 y lo escribe :Navarrete:

             “Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo y otros con hocicos de

             perros que comían los hombres y que, en tomando uno, lo degollaban y le bebían la

            sangre y le cortaban su natura”( 86 )

            La existencia de esos hombres cinocéfalos (=cabeza de perro) la certificaron los antiguos escritores. El franciscano Fray Juan de Piancarpino, al hacer la descripción de su viaje a la corte mongólica del Gran Kan, se hizo eco de los que le afirmaron la existencia de hombres “que se dice que tienen la cabeza de perro, en el litoral del océano”( 87 )

            En relación con seres raros, lo que posiblemente afectó más al aventurero de los mares fue ori hablar de los antropófagos, comedores de carne humana, para evitar por si acaso convertirse en sabroso bocado en un día de fiesta. No dio cabida plena a  ninguna de las fábulas que había conocido, sin embargo, en 1493 aludió a hombres con rabo cuando escribió que le quedaban en la isla Española dos provincias sin explorar, “la una de las cuales llaman Auan donde nace la gente con cola”. En otra parte aludió a una tierra de la isla de Cuba donde “todas las gentes tenían rabo” y andaban vestidos para ocultarlo.

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 ( 84 ).- ARISTÓTELES:De mundo:“Verisimile autem est multas quoque sedere insulas... Aliae quidem illa ipsa, scilicet continente, maiores, sed aliae minores, quae certe omnes... Multae enim aliae pre universo mari enumerantur insulae. Quedam enim magnae sunt, quae vastis circunfundatur maribus”

( 85 ).- NAVARRETE, I, 86

( 86 ).-Ibidem – Juan Gil.Mitos y utopías del Descubrimiento

( 87 ).-SINICA FRANCISCANA,

 

 

Fueran verdaderas o no las afirmaciones que se hacían de los hombres de aquellas tierras desconocidas, hacíase preciso andar prevenidos ante la posibilidad de toparse con algunos de tan descomunales proporciones como los que salieron a luchar contra el ejército de Alejandro Magno con troncos de árboles como armas.( 88 )

            Después de haber aludido a la habitabilidad de la zona tórrida, resta aludir a las otras cuatro zonas, dos tropicales y dos polares. Los viejos cosmógrafos afirmaron la existencia de seres humanos en las dos tropicales e, incluso, en las dos polares y hablaron de periecos o antípodas, antecos o equidistantes del ecuador, tanto al norte como al sur, anfiscios, cuya  sombra en la zona ecuatorial se proyecta al norte o al sur según la distinta estación del año, y periscios o habitantes de las zonas polares.

            Después de recogidas las distintas autoridades, concluyó el cardenal Pedro de Aliaco la existencia de hombres en todas las zonas. Apoyado en los nombres de Plinio, Marciano y otros autores dignos de fe, llegó a la conclusión de que en los polos vivían gentes llamadas

 

8.- Posibilidad de circunnavegar el globo

            Era evidente que el globo podía, al menos teóricamente, ser circunnavegado, pero ¿lo sería de hecho? Hasta los días de Cristóbal Colón, no se habían atrevido a intentarlo los navegantes, más que nada, por temor a lo desconocido y a las leyendas que se venían narrando de los peligros del mar. El miedo a lo desconocido había puesto frenos al ánimo de los más atrevidos nautas. Algo queda dicho de los mitos y leyendas más o menos terroríficos existentes por tierra, por donde los humanos habían circulado con más o menos detención. Tolomeo habló de las islas de los sátiros diciendo:

“Los que las habitan, se dice que tienen cola como se pintan las de los sátiros. Y hay a continuación otras diez llamadas Manílola en las que paran los navíos que tienen clavazón de hierro, porque la piedra de Hércules que nace en su entorno los atrae; por esta razón afirman que amarran en seco las tablas con tarugos. Y se cuenta que las pueblan antropófagos”( 89 )

            Si Cristóbal Colón conoció esta leyenda no se le ocurrió clavar sus naos con tarugos de madera para que no fueran atraídas por la “piedra de Hércules”. No creía en tales figuraciones.

            Una cosa algo parecida a la anterior es la que narra Casas

             “La causa de no poder pasar de la cuarta aquilonar para la austral por la tórrida, fue porque hacia el mediodía estaban ciertos montes de cierta especie de piedra imán que era de tal natura que atraía las carnes humanas así de la manera que nuestra piedra imán trae a sí el acero y que, por esto, no podía pasar de una parte a otra, porque algunos se morían pasando. Y en otras partes había virtud mineral que convertía los hombres que pasaban en piedra o en metal y se hallaban así después de hechos tales. Y para prueba que habían sido hombres y no estatuas hechas por artificio de hombres, averiguábase por este indicio, que no sólo en la superficie y tez de encima, pero, labrando y cavando en las mismas piedras o metal, hallaban de dentro las figuras de las tripas y asaduras y lo demás que los cuerpos humanos dentro de sí tienen todo convertido en la piedra o metal por la virtud y fuerza mineral, lo cual no pudiera hacer oficial alguno sino sólo en la tez o superficie. Esto postrero trae el Tostado sobre el Génesis, capítulo 13, cuestión 94"( 90 )

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( 88 ).-ALIACO,Imago mundi,c.11,f.15.

( 89 ).- JUAN GIL, 40

( 90 ).- CASAS, I, c. 6, 31

 

 

 

Todas estas figuraciones podrían amilanar a hombres tímidos y cobardes, pero no fueron capaces a disminuir ni un ápice el valerosos ánimo de Cristóbal Colón el cual, a medida que fue adentrándose en el golfo espacioso, fue anotando todo lo que de novedad iba captando. Lo primero que le llamó de veras la atención fue el vuelo de los peces golondrinas, como él llamó a los peces voladores, el 5 de octubre de 1492. Sería la misma impresión que a mí me causaron en el mes de setiembre de 1959 con ocasión de mi primer viaje transmarino en el trasatlántico Santa María cuando, desde la amura del barco vi volar a los peces. De paso que bajé al camarote en busca de la máquina de fotografiar, avisé a mis compañeros del fenómeno visto y les dije que subieran a verlo ellos también. Me contestaron que estaba tomándoles el pelo, pero subieron para convencerse y se convencieron.

            Cristóbal Colón fue anotando en su viaje el más mínimo detalle de cuanto veían sus ojos y percibían sus sentidos y durante gran parte de su viaje no advirtió más que maravillas, perfumes por todas partes y canto de pajarillos y gente mansa como corderos y tímidas como gacelas, desnudas y sin armas ofensivas capaces de causar mayor daño. La primera vez que oyó a los indios hablar de gente que tenía un ojo en la frente y de otros a quienes llamaban caníbales (=caribes), fue el 23 de noviembre de 1492, pero no les dio mayor fe, sino que se contentó con anotar:

“Creía que habían captivado algunos y  porque no volvían a sus tierras, dirían que los comían. Lo mismo creían de los cristianos y del Almirante al principio que algunos los vieron”( 91 )

            El día 26 de noviembre recibió nuevos datos de los indios que aludían a hombres caniba o canina

“Y decían que no tenían sino un ojo y la cara de perro y creía el Almirante que mentían”( 92 )

            Confiado en la bondad de las gentes de todas aquellas islas por los indios que tenía conocidos llegó a decir el 16 de diciembre:

             “Yo con esta gente que traigo, que no son muchos, correría todas estas islas sin afrenta, que ya he visto sólo tres destos marineros descender en tierra y haber multitud de estos indios y todos huir”( 93 )

            Después de haber iniciado el viaje de regreso a España supo el 6 de Enero por lengua de los indios que en una isla había solo mujeres, en alusión a la tan traída y llevada leyenda de las amazonas,“y eso diz que de muchas personas lo sabía”. También pudo ver el día 9  de enero tres sirenas.Anota

“Vido tres sirenas,pero que no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna  manera  tienen forma de hombre en la cara. Dijo que otras veces vido algunas en Guinea en la costa de la Manegueta”( 94 )

            Esta vez ya no hablaba el almirante por boca de otros, sino por vista de sus propios ojos y llegó a tomar por sirenas unos sencillos manatíes, pertenecientes en realidad a los sirenios. El día 13 de enero ya comenzó a dar indicios de su creencia en

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( 91 ).- NAVARRETE, I, 116-117. Lo mismo repite el día 11 de diciembre cuando escribió:“Caniba no es otra

           cosa, sino la gente del Gran Kan”(Navarrete,I, 127.)

( 92 ).-Ibidem, 118

( 93 ).-Ibidem, 131. El Almirante seguía siendo incrédulo sobre la existencia de los caníbales y así dice el día 17 de diciembre, a vista de dos indios medio comidos por los caníbales, que “no lo creyó”.(Navarrete,I, 131)

( 94 ).- Ibidem, l,.149

 

 

 

los caribes. Y el día 16 anotó su creencia sobre la isla de Matinino poblada de mujeres sin hombres,

 “Diz que era cierto que los había y que cierto tiempo del año venían los hombres a ellas de la dicha isla de Carib”[Puerto Rico]( 95 )

            Volviendo al principio de este apartado, cabe decir que Cristóbal Colón no tuvo en ningún momento miedo a ninguna de las leyendas terroríficas que había oído narrar. El estaba seguro de llegar a las tierras de las que tenía noticia a si modo. Para nada se pueden traer a cuento sus ideas más o menos acertadas, a causa de los informes de los viejos cosmógrafos que había leído. En todo caso, la razón de las inexactitudes de sus cómputos habría que dirigirlos contra los tales cosmógrafos. No fueron del todo exactos los cómputos del Almirante y lo merecedor de estima es que hayan sido tan exactos que halló tierra no a mucha distancia de donde la había anunciado. A pesar de no conocer el mar que nadie conocía, se adentró en él y abrió el camino para que otro luego lo siguieran. La aventura fue coronada con todo éxito, después de muchos peligros y del amotinamiento de sus mismos acompañantes que cogieron todo el miedo a lo desconocido que les nació pensando que no podrían volver a sus lares.

 

9.- Mapamundi de Cristóbal Colón

            Quiero comenzar este apartado con las palabras terminales de Casas al tratar de este punto:

“Esto es lo que tenía la carta de Marco Paulo, físico, en la cual erraba algo diciendo o dando a entender en ella que la primera tierra que se había de topar, había de ser la tierra del Gran Kan, lo cual creyó ser así Cristóbal Colón y, por esto, pidió a los reyes que le diesen sus cartas y calor para el Gran Kan.. La carta del marear que le envió, yo que esta historia escribo tengo en mi poder... Mucho ánimo le puso con ella y, si no supiera más, por ella y por las cosas de suso traídas, sin duda del todo su viaje sobre esta carta fundó”( 96 )

            Para evitar desde un principio cualquier disquisición inútil es preciso destacar que Cristóbal Colón recibió directamente de Paulo Toscanelli el famoso mapamundi que, después de copiado y reformado a su estilo, le sirvió en todas sus exposiciones y navegaciones.

            De la importancia que en todo momento dio a esta carta de Toscanelli donde le habló de la especiería, es testigo lo que anotó con frecuencia en su Diario:

“Halló en esta isla [Cuba] li½áloe y mandó cortar allí también lo que se pudo para llevar a los reyes”( 97 )

            Estas palabras he copiado para que se vea la ilusión que Cristóbal Colón llevaba en su mente, que eran las especias, de las cuales le había escrito a Toscanelli, según puede confirmarse con la contestación de éste.

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( 95 ).- Ibidem,I,153

( 96 ).- CASAS,I,c.12,47

( 97 ).- CASAS, I. c. 43, 153

 

 

 

En relación con la carta o mapamundi,es cosa archisabida que Cristóbal Colón era maestro en cartografía y en dibujar cartas geográficas. El mismo se gloriaba de ello cuando escribió:

“En la marinería me fizo [Dios] abondoso. De astrología me dio lo que abastaba... y manos para debujar esfera y en ellas las cibdades, rios y montañas, islas y puertos, todo en su propio sitio”( 98 )

            En más de una ocasión habló en forma plural de mapamundis, demostrando con ello que vio todos cuantos le fue posible de los muchos que habían sido dibujados en tiempos pasados:

“Del paraíso terrenal no he visto en ninguna mapamundi, salvo situado con autoridad de argumento”( 99 )

            Aludió el miércoles día 14 de noviembre de 1492 a las muchas islas que veía:

“Dice que cree que estas islas son aquellas innumerables que en los mapamundos en fin de oriente se ponen”( 100 )

            El mapamundi usado por Cristóbal Colón en todo momento fue el de Toscanelli acomodado por él mismo a su gusto. Lo mostró a los reyes en la entrevista con ellos en Málaga, como lo afirma Bernálde:

“Hizo por su engenio un mapa mundi. No era una mera copia del de Toscanelli, sino dibujado por él con sus propias adiciones. Este mismo mapamundi fue el que llevó a la Junta donde lo enseñó a los examinadores. Más tarde es muy posible que haya aprovechado los datos que había traído de Roma Martín Alonso Pinzón, según afirmó el hijo de este Arias Pérez que acordó  de  ir  con  él e le dio la escritura original que había traído de Roma”( 101 )

            Este mismo debió ser el mapamundi que le acompañó en sus viajes marítimos. El día 25 de septiembre de 1492 habló el Almirante con Martín Alonso Pinzón

“sobre una carta que le había enviado tres días hacía a la carabela donde, según parece, tenía pintadas el Almirante ciertas islas por aquella mar. Y decía Martín Alonso que estaban en aquella comarca y respondía el Almirante que así le parecía a él.Y estando en esto, dijo el Almirante que le enviase la carta dicha y, enviada con  alguna cuerda, comenzó el Almirante a cartear en ella con su piloto y marineros”( 102 )

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 ( 98 ).- NAVARRETE, I, 459

( 99 ).- CASAS, I,c.141.,377

( 100 ).-Ibidem,I,c.47,167 - NAVARRETE,I,114

( 101 ).-BERNÁLDEZ  -  NAV                                   ( 101 ).- NAVARRETE, l. 332      

( 102 ).-Ibidem, I,  92. En nota en su Historia dice Casas:“Esta carta es la que le envió Paulo, físico, el florentín

“ la cual yo tengo en mi poder.”( I, 135). Sinceramente creo que fue la carta de Toscanelli la que Casas   

  tuvo en su poder, pero no fue la misma que usó Cristóbal Colón, dibujada por su mano,  teniendo, eso sí, como  base la  de Toscanelli.Este mapamundi dibujado por el mismo Cristóbal Colón lo conservaba él con todo uidado. En una ocasión le riñó a su camarero Pedro de Arroyal por habérselo prestado a Juan de la Cosa,según lo dice el mismo Arroyal: “Seyendo este testigo camarero del dicho almirante Don Cristóbal Colón, riño con él porque había dexado al dicho Juan de la Cosa ciertos días una carta de marear que era la principal que el Almirante tenía, que llamaban mapamundi”(AGI.-Patronato,1,5, f. 30)

             Una reproducción del mapamundi de Cristóbal Colón llevó su hermano Bartolomé cuando pasó a verse

con el rey Enrique VII de Inglaterra.A él alude Casas:“Llegó a Inglaterra y pasados un día y otros, hobo de alcanzar que le oyese Enrique VII... Y para más aficionalle a la audiencia e inteligencia del presentole un mapamundi que llevaba muy bien hecho, donde iban pintadas las tierras que pensaba con su hermano  descubrir”(CASAS, I, c.29.109)    

 

            Habían navegado aproximadamente 700 leguas con lo que ya veía el Almirante

rebasada  la  distancia que él había programado.A vista de esto ocurre pensar que el mapamundi de Toscanelli tenía dibujadas las islas por oriente y Cristóbal Colón había

confeccionado el suyo propio con las islas que suponía por occidente.Cristóbal Colón había elaborado su carta de navegación y situaba la isla Cipango a unas 750 leguas de las islas Canarias,concretamente de la isla de Hierro,la última en el viaje hacia el occiden te pero antes de Cipango 300 leguas, es decir, a  450 leguas de la isla de Hierro, estarían  las primeras islas que se podrían tropezar en el viaje. No olvidemos que todas estas eran suposiciones no más. Lo que el Almirante llevaba como certeza personal era que a 750 leguas estarían en la isla Cipango y de ello había dado en las Canarias carta cerrada a los pilotos.Después pudo afirmar a los marinos:“Bien sabían que muchas veces les había dicho que no esperaba tierra hasta tanto que no hubiesen caminado setecientas cincuenta leguas al occidente de Canarias en cuyo paraje había dicho también que encontrarían la Española, llamada Cipango( 103 ).

             Esta misma expresión de Fernando Colón la reitera Casas:

“Habiendo navegado de la isla de Hierro por este mar océano 750 leguas, pocas más o menos, había de hallar tierra”( 104 )

            El mapamundi estaba haciendo una mala pasada a su autor;por eso, al sobrepasar las 750 leguas el nerviosismo empezó a minar su ánimo y el de todos los marineros. La ilusión de la pronta aparición de tierra se convertía en visiones de estarla viendo a cada paso. El día 11 de octubre estaba Cristóbal Colón esperanzado de estar cerca de tierra:

“Después de anochecido.hizo una habla muy alegre y graciosa a toda la gente y marineros... y porque él esperaba en la misericordia de Dios que, antes de muchas horas les había de dar tierra, que les rogaba encarecidamente que aquella noche hiciesen muy buena guardia... pues, habiendo puesto en el primer capítulo de la instrucción que dio a cada capitán de cada navío, partiendo de las Canarias... que, habiendo navegado sietecientas leguas al poniente sin haber descubierto tierra, no navegasen más de hasta media noche, lo cual no habían hasta entonces guardado.Aquella noche habían de estar muy cerca de tierra o quizás vella”( 105 )

            Por fin, aquella  noche vieron la tierra. ¿Por qué conducto conocía Cristóbal Colón que por esas latitudes hallaría tierra? 4Quien lo sabe! Lo cierto es que llevaba certeza o casi certeza. Se podrá argüir que no fue exacto en sus apreciaciones. ¿Quien podría ser más exacto cuando el haber hallado tierra entonces parece haber sido una iluminación del cielo en la que tanta fe  tenía el Almirante.Es cierto que en el mapamundi había dibujado algunas islas en zona anterior. Habían rebasado con mucho las 750 leguas al occidente cuando hallaron tierra. Se dice que la iban buscando no  por más,que el aventurero estaba convencido de haber

llegado a Cipango cuando recaló en tierras de la Española. Se dirá que él iba en busca de la India y se encontró con las Indias. No juguemos con lo que no tiene importancia. Cuando el Almirante hizo cuentas el día 3 de octubre y vio que había rebasado las 750 leguas “creía que le quedaban atrás las islas que traía pintadas en su carta”, pero no quiso detenerse en buscarlas,porque si se detuviera,dice él que no fuera buen seso”(106 ) ===============================

( 103 ).- FERNANDO COLÓN,c. 21, 108

( 104 ).- CASAS, I, c 39,139

( 105 ).- Ibidem, I, c.39,139

( 106 ).- 4NAVARRETE, I, 93 - CASAS,I,c.33,136

 

 

 

 

 

 

A quien alguna vez se haya desorientado, le habrá pasado lo que a Cristóbal Colón. No hallará un punto de referencia. Al almirante, después de haber perdido el Cipango a las 750 leguas, todo lo que encontraba era Cipango, la isla de Cuba y la isla Española. Pero él había llegado alo que buscaba, que era tierra.

            En el segundo viaje halló a 750 leguas de las isla de Hierro las islas que en vano había buscado en el primero por habersele quedado a un lado de su ruta. El alborozo del encuentro le aconsejó bautizar a la primera isla con el nombre de La Deseada. Jubiloso escribe Manzano:

“Con este hallazgo totalmente previsto, el Almirante triunfaba en toda la linea. Había encontrado las islas que con tanto afán buscaba, situadas a la distancia exacta anunciada por él a sus compañeros del primer viaje antes de abandonar la isla de Hierro. Sus iniciales cálculos no estaban equivocados. Había cumplido la promesa hecha a los reyes, a los de la Junta y a los tripulantes de encontrar islas.. a 750 leguas de las Afortunadas”( 107 )

            ¿Será estala prueba para acordarnos del piloto desconocido, tesis tan acariciada por¿ este ilustre escrito? Puede que así sea. La verdad fue que los mismos Reyes Católicos se confirmaron una vez más en los conocimientos cosmográficos del Almirante a quien en carta de 16 de agosto de 1494 le dijeron:

“E parécenos que todo lo que al principio nos dijiste que se podría alcanzar, por la mayor parte todo ha salido cierto como si lo hobiérades visto antes que nos lo dijésedes”( 108 )

            Como remate de todo lo que Cristóbal Colón tenía dibujado en su mapamundi, es casi seguro poder afirmar que muy poco tendría de exacto. No era posible ni por adivinanza. Ni se puede argumentar con  la  historieta del supuesto piloto desconocido, porque ningún piloto arrojado a las tierras del occidente podría haber sacado apuntes y localizaciones exactas de sus desplazamientos fortuitos. Lo único que podría tener eran aproximaciones según el mapa de Toscanelli en lo relativo a las zonas orientales por donde habían tenido lugar desde siglos pasados las incursiones de los navegantes.

 

10.- Argumentos opuestos en la Junta a las tesis de Cristóbal Colón

Ya dejo anotado que en relación con la organización, desarrollo y duración de la Junta de Córdoba no ha quedado ningzún documento que lo refiera. Lo único que se conoce, más o menos fiel y perfectamente hecho es lo que nos ha dejado Fernando Colón en la Historia de su padre. Podemos aplaudirlo o censurarlo, pero es lo único que nos ha quedado de los cronistas, allende de algunas alusiones cortas de otros autores. Lo escrito por Fernando Colón fue copiado casi al pie de la letra por Casas.

He aquí la relación fernandina:

                                    “Algunos decían que, pues, al cabo de tantos millares de años que Dios creó el mundo, nohabían tenido conocimiento de tales tierras tantos y tantos sabios y prácticos en las cosas de la mar, no era verosímil que el Almirante supiese más que todos los pasados y presentes...Otros que se inclinaban más al razonamiento de la cosmografía, decían que el

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( 107 ).- MANZANO, 119

( 108 ).- NAVARRETE, I, 393

 

 

 

                                      mundo era  de tan inmensa grandeza, que no era creíble que bastasen tres años de navegación para llegar al fin del oriente a donde él quería navegar. Y, para corroborar su propósito, aducían  la autoridad de Séneca que expone en una de sus obras por vía de disputa,diciendo que muchos sabios discordaban entre sí acerca de esta cuestión, si el océano era infinito, y dudaban si podría ser navegado; y, aún cuando fuese navegable, si a la otra parte se encontrarían tierras habitables a las que se pudiese ir a lo que agregaban  que esta esfera inferior de agua y tierra no estaba poblada más de  una pequeña parte, pues todo lo demás estaba cubierto de agua y que, por tanto, no se podía navegar, sino era por las costas, como hacían los portugueses por la Guinea... Que quien navegase vía derecha al poniente, como Cristóbal Colón decía, no podría después regresar a España,suponiendo que el mundo era redondo, pues, yendo al occidente, iban cuesta abajo y, saliéndose del hemisferio que descubrió Tolomeo, a la vuelta les sería necesario subir cuesta arriba, lo que a los navíos era imposible...           Finalmente,todos ellos decían con San Agustín,el cual     reprueba y tiene por imposible que haya antípodas y que se pueda pasar de uno

            a otro hemisferio,prevaliéndose también de las fábulas que swe cuentan de las

            cinco zonas y de otras mentiras que tenían por verísimas”( 109 )

            Este último apartado quiero copiar de Casas por parecer un poco más completo:

            “Otros alegaban a San Agustín el cual negaba que hobiese antípodas... No faltaba quien traía lo de las cinco zonas, de las cuales las tres son, según muchos, del todo inhabitables y las dos sí, la cual fue común opinión de los antiguos que, al cabo, supieron poco. Otros traían otras razones no dignas de traer aquí”( 110 )

            Lo anterior es todo lo que se conoce como resumen del desarrollo de la Junta de Córdoba. Parece un resumen aceptable en todos sus extremos de los varios argumentos opuestos a las propuestas de Cristóbal Colón por los miembros de la Junta. Como se puede comprobar, ninguno de ellos revistió especial dificultad ni importancia. En su análisis vamos a proceder por partes.

            El primer argumento se ofrece como demasiado pueril, porque del hecho de que habían pasado muchos siglos desde el origen del mundo sin que ningún hombre hubiera conocido algo no se puede argumentar que nadie pudiera saber más que los pasados, si es que llegara a sostener puntos nuevos. La realidad fue que Cristóbal Colón sabía más que sus antecesores, es parte por lo mismo que ellos habían dejado averiguado, en parte por testimonios de hombres que le habían informado de hechos de indubitable veracidad, y en parte por sus propias experiencias, siquiera en ocasiones no estuviera del todo acertado. La realidad fue que Cristóbal Colón sacó ser verdad lo que afirmaba con buenas razones, según

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( 109 ).- FERNANDO COLÓN,c.12,88-89

( 110 ).- CASAS,I,c.29,112

 

 

 

 

 

 

 

tiempo después afirmó a la reina Doña Isabel Luis de Santángel, como anotó Casas:

“ En la verdad, señora serenísima, este negocio es de [tal] cualidad que, si lo que tiene vuestra alteza por dificultoso o por imposible, a otro rey se ofrece y lo acepta y sale próspero, como este hombre dice ,y a quien bien lo quiere entender da muy buenas razones para ello, manifiestos son los inconvenientes que a la autoridad de vuestras altezas y daños a vuestros reinos vernían”( 111 )

            Esta convicción de que Cristóbal Colón había ofrecido buenas razones en contestación a los argumentos de los interlocutores en la Junta no fue exclusiva de Luis Santángel, sino de otros que opinaban lo mismo, convencidos como se deduce de las palabras de uno de los miembros de la misma Junta, Rodrigo Maldonado, cuyas son las palabras ya citadas “e contra el parecer de los más dellos porfió el dicho Almirante de ir el dicho viaje”( 112 )

            Muy acertada y noblemente afirmó el testigo que Cristóbal Colón insistió no contra el parecer de todos, sino “de los más dellos”. Evidentemente, existieron en la Junta diversos y encontrados pareceres y los partidarios de las teorías del protagonista fueron lo suficientemente poderosos para sacarlas adelante.

            Para deshacer finalmente, la flanqueza del primer argumento de los miembros de la Junta de Córdoba, basta decir que Cristóbal Colón tenía algo más que decir de lo que habían dicho en los siglos pasados los sabios que habían sido. Y aún después del Descubrimiento, se fueron conociendo nuevas cosas en la tierra y aún se están descubriendo cosas nuevas en el universo. No debió resultar difícil a Cristóbal Colón dar respuesta a este primer argumento con la exposición de sus propias experiencias, aun sin acudir a los conocimientos que había logrado con la lectura de los viejos cosmógrafos y geómetras.

            En ningún momento se contentó Cristóbal Colón con afirmaciones fantasmagóricas y vanas, sino que trató de comprobarlas, como él mismo dice: “todas las ciencias de que dije arriba non me aprovecharon ni las autoridades dellas”(113 ).

             Se deduce, pues, que adujo e  la Junta las autoridades y sus testimonios. Estaba dotado el protagonista de una memoria feliz y contaba con unas anotaciones a las que ya llevo hecha mención.

            El segundo argumento en contra de la exposición ofrecida por el nauta estuvo  basado en la grandeza del globo según la autoridad tomada de las Suasorias de Séneca el cual la había ofrecido como una argucia filosófica partiendo del supuesto de que el mundo era infinito y si era infinito no es posible circunnavegarlo.La verdad es que el l mundo no es infinito. Esta argumentación pudo ser formulada en una disputación filosófica, pero no pudo ser traída en serio por ninguno de los sabios miembros de la Junta de Córdoba. Sobre la pequeñez del globo tenía suficientes argumentos Cristóbal Colón y de seguro que los esgrimió con  plena lucidez. No existía una distancia

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( 111 ).- CASAS,I,c.32,119

( 112 ).- NAVARRETE, II, 348

 

 

 

 

 

inmensurable entre las tierras de España y las de la India.Una cosa es la idea que el protagonista pudo tener siguiendo a Pedro de Aliaco con apoyo en un texto del profeta Esdras. Nadie conocía entonces la proporción entre las seis partes sólidas de la tierra y la única parte de agua. Era una realidad desconocida entonces, porque nadie había recorrido toda el agua de los mares. Aquí existió un error no atribuible a Cristóbal Colón, sino a los autores que le sirvieron de fuente de sus noticias. La duda sobre la navegabilidad del océano que proponía alguno de la Junta,sabía muy certeramente Cristóbal Colón que no era razonable.El partía como de un hecho cierto de la posible circunnavegación del globo.

            Ofende la memoria de Cristóbal Colón Altolaguirree, varón a veces poco medido en sus afirmaciones, cuando supone que Cristóbal Colón ignoraba que el círculo  terrestre  tiene 360 grados.Cada grado lo calculaba él en 62 millas y dos tercios, medida de Tolomeo, expuesta por Pedro de Aliaco a quien muy bien conocía Cristóbal Colón. Las 30.000 millas de la linea ecuatorial, siquiera no fuese cifra exacta, las recorrería una nao con viento favorable en menos de medio año. No se olvide que Cristóbal Colón equipó a sus naos con suministros de alimentos para más de un año en previsión de lo que pudiera acontecer.Es muy fácil decir que el Almirante no sabía o sabía...          

            Toda esta argumentación partió sin duda de  los marinos que formaban en la Junta de Córdoba y obedeció a la convicción que entonces existía entre los hombres de mar de que éste no era navegable. Los marinos no necesariamente son hombres de fundamentos científicos.

            Se pueden aducir algunos testimonios que trae sacados de los Pleitos Coloninos sobre la realidad de la  navegación en torno a la tierra. Gonzalo Díaz, contestando a la séptima pregunta de la probanza pedida por el Almirante Diego Colón en la villa de San Salvador el día 16 de febrero de 1515 dijo:

“Este testigo oyó, estando en la villa de Palos... donde este testigo vino luego que el dicho Almirante había armado, como era imposible al dicho Almirante hallar tierra en la demanda que venía, y tenían por perdidos a él e a todos cuantos con él venían. E esto que se decía públicamente y este testigo así lo oía decir...E este testigo cree que,si no fuera por el dicho Almirante,que las Indias se estovieran por descubrir, como antes se habían estado, porque ninguno se pusiera a lo que el dicho Almirante se puso, porque era público e notorio que, viniendo tanto camino,  que  no  podría  volver  por  donde  venía,  ni  por  otra  parte ninguna”( 114 )

            Cuando trate de la organización en Palos del viaje del descubrimiento, tendré ocasión de aducir una serie de testimonios que abundan en lo mismo que éste que ahora acabo de citar. Todos estaban convencidos de que al otro lado del mar no había ni tierra ni hombres. Los propios marino portugueses tenían esta misma convicción que había llegado a motivar la convicción de los marinos hispanos. La convicción de que no habría tierra ni hombres la unían los hombres de entonces a la afirmación de que no regresarían los navegantes que osaran romper las compuertas del océano. Todo obedecía a un miedo a lo desconocido, al mar tenebroso, lleno de leyendas terroríficas, de donde no regresaría nadie, porque los monstruos marinos lo permitían.

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( 112 ).- AGI., Patronato, 12, pieza 3, fol. 77 - PLEITOS COLONINOS, II, p. 85

 

 

 

 

 

 

 

            Con esto estamos tocando el contenido del tercer argumento esgrimido en la Junta contra lo expuesto por Cristóbal Colón. Se aducía que las naos que, al entrar en el mar, iban hacia abajo, no podrían regresar cuesta arriba. El argumento hoy nos parece demasiado infantil. Puede que en aquellos momentos no lo pareciera sí. Pero muy bien pudieron pensar los contradictores que muchos marinos habían regresado muchas veces de las islas Canarias y de las tierras portuguesas de Guinea y del Cabo de Buena Esperanza. La verdad fue que cuando los marinos que acompañaron a Cristóbal Colón, fueron víctimas del miedo a lo desconocido cuando se encontraron frente a las verdes praderas o masas herbóreas formadas por algas en el mar de los Sargazs. El miedo a lo desconocido les aconsejó revelarse contra el almirante del mar y a intentar, según parece, matarlo allí mismo y regresar, sin ánimos para proseguir el viaje.

            Poco pensada parece la exclamación de Altolaguirre:

“¿Que cosmógrafo, ni marinero, ni letrado, ni hombre que estuviese en su sano juicio  podía  argüir  que  los  que  navegasen  al  fin  del  oriente no regresarían jamás”( 115 )

            Hoy parecerá cuestión infantil, pero entonces fue una realidad. Se pensaba que los que emprendieran el viaje no regresarían. De esto son numerosos los testimonios de los testigos en los Pleitos Coloninos. De facto ad  esse valet  ilatio. El hecho fue que el vulgo que es numeroso, pensaba que no se podía atravesar el océano sin peligro de quedarse en él para siempre. Por tanto, no se puede negar una realidad. El argumento absurdo de algunos elementos de la Junta que negaban la posibilidad de pasar el océano intenta Altolaguirre mitigarlo con el hecho  considerado por él absurdo de que Cristóbal Colón haya sentado la afirmación de que el Cipango se encontraba a 750 leguas de Canarias. Nadie en realidad podía afirmar con entera seguridad la distancia a que podían hallarse las tierras occidentales, caso de existir, pero eso no quiere decir que Cristóbal Colón no tuviera la certeza de poder llegar por occidente a la India, ya fuera a través del mar o de tierras que pudieran ofrecerse a su paso. La afirmación de una distancia concreta nadie, en realidad, podría sostenerla en aquellos momentos, a pesar de que Cristóbal Colón sostuvo esto apoyado en testimonios de varones sabios y tal vez en testimonios que a nadie manifestó. Fue la autoridad de Toscanelli la que mucho le decidió a su aventura, por más que las fabulosas informaciones del florentino no estuvieran apoyadas más que en las narraciones no menos fabulosas de Marco Polo y también de los misioneros franciscanos que habían recorrido extensamente las tierras de oriente.Lo cierto fue que a la salida de Canarias dio el Almirante a los pilotos de las carabelas información secreta y cerrada para que se detuvieran al llegar a las 750 leguas al occidente, convencido de que a esa distancia hallarían tierra. Fuera por datos exactos o por simple chiripa no estuvo muy alejado de la verdad.

            Algunos miembros de la Junta opusieron la autoridad de San Agustín que se había mostrado contrario a la existencia de los antípodas y negado la posibilidad de lograr el paso de uno a otro hemisferio, sin tener en cuenta los muchos adelantos y puntos nuevos que se habían venido introduciendo en las ciencias cosmográficas. Los antiguos cosmógrafos escribieron mucho sobre el mundo conocido del hemisferios norte muy diversas opiniones más o menos bien fundamentadas. Y lo que hay que tener mucho en cuenta es el momento en que dijeron sus sentencias para darse cuenta del avance progresivo de lo que cada uno dejó escrito. Sobre lo que no pudieron escribir más que a base de suposiciones fue sobre la

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 ( 115 ).- ALTOLAGUIRRE: Cristóbal Colón

 

 

 

 

 

realidad del hemisferio sur, abajo de la linea equinocial a donde nadie se sepa había llegado. Tratándose de una materia eminentemente experimental, no se puede exigir en ninguno de aquellos viejos escritores toda exactitud en sus afirmaciones. Para unos el cielo cubría a la tierra solamente por arriba como un plato. O hablaron de una casa cubierta por arriba por el cielo a manera de techo, mientras que por su parte inferior no existía más que la nada o el caos sin fin. Y si no existía tierra, mal podrían existir seres vivientes y menos seres humano. Lactancio se burlaba de los que defendían la existencia de vida en el hemisferio sur, juzgándolo como cosa imposible, y censuró de necio imaginar hombres con la cabeza hacia abajo y los pies para arriba, y árboles creciendo hacia abajo, y lluvias y nieve saliendo de la tierras hacia arriba, o seres colgados en el aire. Era el modo vulgar de ver las cosas. Y no se conocía otra cosa. San Agustín no fue capaz de deshacerse de la duda existente en este punto de donde quedó como aforismo el Dubitat Augustinus que tanto inclinó la mente de los pensadores a base de su inmensa autoridad. Autores como Procopio censuraron como contraria a la revelación la  tesis de Aristóteles sobre la esfericidad de la tierra. Venía siendo sostenido comúnmente que el hemisferio sur, caso de existir, sería un mundo distinto. Y no faltó quien haya afirmado que ese mundo estaría habitado por fieras. San Isidro, apoyado en Macrobio, admitió un cuarto continente habitado por los “míticos antípodas”.

            En los siglos XIV y XV nadie dudaba de la esfericidad de la tierra, constituyendo esta creencia una aporía científica. Sin embargo, aún admitida la esfericidad del globo, seguía en pie y en plena vigencia la sentencia de San Agustín que había negado la existencia de los antípodas en base a razonamientos dogmáticos sobre el origen unitario del género humano, de la primera pareja Adán-Eva y sobre la verdad de la redención universal de Jesucristo. La defensa de los antípodas era doctrina  que orillaba aún en el siglo XV los linderos de la fe.Partiendo de lo que se daba como cierto que el mar era tan grande que no era posible navegarlo en mucho tiempo -algunos marineros afirmaban que no era posible navegarlo en  tres años- y que el paso era imposible del hemisferio norte al hemisferio sur por el excesivo calor de la zona tórrida. Era aventurado afirmar nada en torno al hemisferio sur a donde nadie -se decía- había pasado, por eso es muy aceptable que alguno de los miembros de la Junta de Córdoba haya asomado tímidamente la censura de los proyectos de Cristóbal Colón como afirmación herética. La defensa de los antípodas había sido objeto de graves incidencias a lo largo de la historia en el campo doctrinal. En 1316 fue acusado de brujo y hereje Pedro de Albano y quemado en efigie después de su fallecimiento. Por la misma defensa de los antípodas murió en la hoguera Cecco de Acolia. Esto demuestra que la defensa de esta teoría aun era en el siglo XV de una temeridad suma.

            No es improbable que haya sido eficaz para alejar toda controversia de tonos mayores la intervención del miembro de la Junta, Alejandro Geraldino, al afirmar que San Agustín había sido un varón de eximio talento y extraordinaria santidad reconocidos por todos, pero no había sido tan gran cosmógrafo, como santo y teólogo. Sobre todo, tenía Cristóbal Colón el apoyo inconmensurable de sus afirmaciones en los escritos del gran teólogo y cosmógrafo Pedro de Aliaco, sabio reconocido en las esferas intelectuales. Aliaco había fortalecido sus doctrinas con las autoridades de los mejores cosmógrafos antiguos como Macrobio, Polibio, Pomponio, Mela, Solino, Séneca y otros autores que habían atacado las doctrinas de Tolomeo. Y Cristóbal Colón conocía las obras de Aliaco al dedillo.

            En los tiempos modernos se ha tratado el tema de la posible existencia de seres humanos en otros astros fuera de la tierra.¿Como conciliar esta posible existencia con la unidad del género humano y con la redención universal de Cristo?. Dejemos la pregunta en mano de los teólogos.

 

 

 

En consideración a  la seguridad que tenía Cristóbal Colón de sus puntos de vista, concluyó Casas:

“Parece muy claro cuanta razón pudo tener Cristóbal Colón a tener por probable y muy probable, por los testimonios de tan probados autores haber tierras y gentes donde las fue a buscar y a moverse para ir a buscallas”( 116 )

            A parte de la certeza personal que pudo tener de la existencia de antípodas, tenía Cristóbal Colón por muy cierta la posibilidad del paso al hemisferios sur, porque él había estado abajo del ecuador y había comprobado la existencia allí de gente y la magnífica temperancia de aquellas tierras, como él mismo lo dejó anotado reiteradamente en sus apostillas y no habrá omitido destacarlo con toda energía en sus intervenciones ante la Junta de Córdoba. Recogiendo las palabras del cardenal Pedro de Aliaco, escribió el mismo lo que ya dejo transcrito atrás por extenso en las palabras:“El Aristóteles dice...”, etc.

            No consta en cual punto doctrinal de Nicolás de Lira se apoyaron algunos interlocutores en la Junta para argumentar contra las afirmaciones de Cristóbal Colón a las que tímidamente se censuró como heréticas. El conocimiento profundo que el exponente tenía de los escritos de este escriturista franciscano, no parece haber permitido mayores problemas. De seguro que en la Junta expuso lo que sabía con palabras que ya tenía escritas con anterioridad y que constaban, muy  probablemente, en sus notas escritas:

“Advierte que el reino de Tarsis está al final del oriente, al fin de Katay, a donde, en el lugar llamado Ofir, enviaban Salomón y Josafat una armada y transportaban oro, plata, colmillos de elefantes... consulta en el libro 3 de de los Reyes, c. 9 y en él dos lugares; del mismo modo en los Paralipómenos, libro 2, c. 9 en dos lugares y Nicolás de Lira sobre el 3 de los Reyes, c. 9 y en el dicho libro 3 al fin del último capítulo del libro 2, c. 20 de los Paralipómenos”( 117 )

            Esta cita de Nicolás de Lira evidencia que su autoridad de expositor de la sagrada Escritura llenaba las exigencias de Cristóbal Colón quien, en sus largas estancias en el monasterio de la Rábida pudo consagrarse intensamente a su estudio y al de otros autores de la Escuela franciscana. Fue Nicolás de Lira fundamento para una de las objeciones que adujeron los miembros de la Junta de Córdoba a que respondió Alejandro Geraldino diciendo que, si San Agustín había sido un gran teólogo y Nicolás de Lira un gran expositor de los textos santos, ninguno de ellos había sido cosmógrafo. Esta oportuna intervención del futuro obispo de Santo Domingo de la Española pudo haber sido suficiente a evitar posibles complicaciones en el desarrollo de aquellas conferencias. La verdad es que no se conoce la existencia de ninguna complicación, aparte de que Cristóbal Colón tenía muy seriamente asentadas sus afirmaciones en las autoridades de Pedro de Aliaco, Eneas Silvio Piccolomini y a través de ellos en los mejores cosmógrafos de tiempos pasados.

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( 117 ).- “Nota quod regnum Tharsis est in fine orientis, in fine Katay, ad quen, in loco dicto Ophir, mittebant Salomón et Iosaphat classem et deferebant aurum, argentum, dentes elephantorum... vide in libro 3 Regum, c. 9, in eo duobus locis; similiter in Paralipomenum, libro 2, c. 9, in eo in duobus locis, et Nicolas de Lira super 3 Regum, c. 9, et in dicto libro 3, in fine ultimi capituli libro 2, c. 20 Paralipomenum.El libro 3 [hoy 1], c. 9, 26-29 dice:“Salomón construyó también una flota en Esyón-Guéber... en el país de Edom. Y envió Jiram a súbditos suyos, navegantes expertos en el mar...Llegaron hasta Ofir, de donde trajeron oro, 420  talentos, que presentaron al rey Salomón”.En el libro de los Paralipómenos [Crónicas], lib. 2, c. 9 se dice:“La reina de Sabá tuvo noticia de la fama de Salomón y fue a Jerusalén... con camellos cargados de aromas, de gran cantidad de oro y con piedras preciosas...Luego ella dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca hubo aromas como las que regaló la reina de Sabá al rey Salomón”En Paralipómenos [Crónicas] se dice:“Josafat, rey de Judá, se alió con Ococías, rey de Israel... para construir naves que fueran a Tarsis y construyeron las naves en Esyón-Guéber”.

                Estos lugares de Tarsis y Ofir nunca han sido bien localizados. Se dice que estaban allá en la isla de Tapróbana la cual nunca se localizó con exactitud. Unos la identifican con la isla de Ceilán y otros con la isla de Sumatra.

 

 

            Aludiendo nuevamente a las cinco zonas en que los antiguos dividieron el globo terráqueo, fue opinión común entre ellos que la tórrida o ecuatorial y las dos polares no eran

habitables, la una por el mucho calor y las otras dos por el excesivo frío. Sin embargo, escritores más cercanos, sobre todo los pensadores escolásticos concluyeron que todas y cada una de las cinco zonas eran más o menos habitables. Autores como Plinio, Aristóteles, Séneca o Solino, contrariamente a Tolomeo, habían hablado de la habitabilidad de la mayor parte de la tierra y, consecuentemente, de la existencia de antípodas.

Aludiendo a sus anteriores, escribió Solino:

“Taprobanam insulam, antequam temeritas humana exquisito penitus mari fidem panderet, diu orbem alterum putaverunt et quidem eum quem habitare anticthones crederentur”, que quiere decir:“Antes que la temeridad  de los hombres haya puesto de manifiesto completamente la isla Taprobana, durante mucho tiempo fue tenida por otro mundo distinto, sobre todo la parte habitada por los antíctonos”( 116 )

            Apoyado en la autoridad de estos autores que opinaban contrariamente a Tolomeo, escribió el cardenal Aliaco que la mayor parte de la tierra es seca y libre de las aguas. Casi literalmente copió sus palabras Cristóbal Colón en uno de sus pasajes que aparentan gran cultura cosmográfica, fruto de sus lecturas en su autor de preferencia.

            Vale la pena transcribir palabras del Almirante en las que demuestra su experiencia personal y que no solo hablaba por boca de ganso, sino con perfecto conocimiento de lo que decía:

“Esto que yo he dicho es lo que oyo. Lo que yo sé es que el año de 94 navegué en 24 grados al poniente, en término de 9 horas y no pudo haber yerro, porque hubo eclipse. El sol estaba en libra y la libra en ariete. También esto que yo supe por palabra, habíalo sabido yo largo por escripto. Tolomeo creyó haber bien enmendado a Marino y ahora se halla su escriptura bien propincua al acierto. Tolomeo asienta Catigara a 12 lineas lejos de su occidente, que él sentó sobre el Cabo de San Vicente en Portugal 2 grados 1/3. Marino en 15 lineas constituyó la tierra. Este mismo Marino en Etiopia escribe al Indo la linea equinocial más de 24 grados y agora que los portugueses le navegan, le fallan cierto. Tolomeo diz que la tierra más austral es el plazo primero y que no baja más de 16 grados 1/3. El mundo es poco. El enjuto dello en seis partes, la séptima solamente es cubierta de agua. La experiencia está a la vista y la escreví por otras letras con abondamiento de la sagrada escriptura con el sitio del paraíso terrenal que la santa iglesia aprueba. Digo que el mundo no es tan grande como dice el vulgo y que un grado de la linea equinocial corresponde  56 millas 2/3, pero esto se tocará con el dedo”( 119 )

            En los días de Cristóbal Colón era cierto, a pesar de sus experiencias, que las tierras del hemisferio sur no eran conocidas más que por deducciones geométricas y muy problemáticamente por deducciones cosmográficas más o menos fundadas. Era cierto que en el ánimo de muchos aún seguían sonando los ecos de viejas consejas marítimas envueltas en

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( 118 ).- SOLINO:Polyhistor,c.56

( 119).- NAVARRETE, Diario del cuarto viaje,I,234. He aceptado en la transcripción alguna de las variantes del “Libro copiador de Cristóbal Colón”. – CONSUELO VARELA:”Diario del cuarto viaje”

 

 

 

 

 

un manto de misterioso terror a  lo desconocido. El océano era un mar tenebroso, lleno de misterios y creencias siempre alimentadas por la fantasía popular proclive a agigantar lo que narra Casas sobre la imposibilidad de pasar del norte al sur por la existencia de unos montes que se engullían a los seres humanos después de haberlos atraído como si de un imán se tratara, o  la  otra  leyenda  de  tierras  que  atraían  los  barcos que  llevasen  clavazón de hierro( 120 )

            ¿Quien sería el valiente y osado que, conociendo estas y otras leyendas terroríficas, se atreviera intentar el paso de la zona norte a la del sur del ecuador? Cristóbal Colón tenía en apoyo de su convicción de la posibilidad de este paso el haber viajado más de una vez abajo de la linea equinocial, al fuerte de San Jorge de la Mina construido por los portugueses, donde descubrió que era una zona no solo habitada por hombres, sino de una muy agradable naturaleza. Para los que nunca habían tenido aquella experiencia podría el globo continuar teniendo misterios, para él ya no los tenía.

            A este conocimiento experimental venía a unirse en él la asidua lectura en Pedro de

Aliaco, el cual, apoyado en las autoridades de Tolomeo, Aristóteles, Plinio, Séneca, Solino y otros autores antiguos, sostuvo que la mayor parte de la tierra era enjuta, como acabamos de verlos en sus propias palabras. Inconmesurablemente era para Cristóbal Colón la autoridad del profeta Esdras invocado también por Pedro de Aliaco. Tratando este punto, concluyó Casas:

“Concuerda y confirma todo lo susodicho la opinión tenida por común de otros muchos filósofos e historiadores..., los cuales tuvieron por cierto haber antípodas, que son los que andan con nosotros pies con pies”( 121)

            Ya las afirmaciones de Lactancio de considerar como necia la afirmación de sostener la existencia de seres que andaban al revés que nosotros y viviendo poco menos que en aire habían llegado a ser algo infantil o poco menos. En el siglo XV esta existencia estaba fuera de toda duda razonable. Lo que se cuestionaba era la posibilidad de llegar a ponerse en comunicación con ellos. La posibilidad teórica también estaba en la mente de muchos. A lo que nadie se había atrevido ni se atrevía era a poner en práctica la obra de aquel paso entre el hemisferio norte y el hemisferio sur. Y eso era lo que intentaba Cristóbal Colón y para lo que buscaba ayuda de los Reyes Católicos convencido por la autoridad iluminada del abad Joaquín de Fiore de que el hombre que se atreviera a ello saldría de España. Animados los reyes por las exposiciones del protagonista, encargaron a la Junta reunida en Córdoba el estudio de sus propuestas aventureras. A este propósito dice Casas en su estilo avinagrado y acibarado:

            Escribe Fernando Colón:

“Cometiéronlo principalmente al dicho prior de Prado y que él llamase las personas que le pareciese más entender de aquella materia de cosmografía, de los cuales no sobraban muchos en aquel tiempo en Castilla. Y es cosa de maravillar cuánta era la penuria e ignorancia que cerca desto había entonces en Castilla”( 122 )

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( 120 ).- CASAS, I, c. 6, 33

( 121 ).- CASAS,I,c.29,111.Se basó en Fernando Colón:”Sus altezas lo cometieron al prior de Prado     encargándole que,junto con otros peritos en cosmografía,se informasen plenamente de aquello y  luego les refiriesen lo que opinaban..Los que se juntaron,no entendían lo que debían.por lo que fueron tan diversas las respuestas y la información que hicieron a sus altezas,cuanto eran la varidad de sus ingenios y pareceres”

( 122 ).- FERNANDO COLÓN,c.12,87-88

 

 

 

Escribe Casas:

“Ellos se juntaron muchas veces, propuesto Cristóbal Colón su empresa y dando razones y autoridades para que le tuviesen por posible, aunque callando las más urgentes,recelando no le acaeciese lo que con el rey de Portugal.Unos decían que cómo era posible.”( 123  )

            En este mismo estilo -era su estilo- siguió aludiendo a la actuación de los miembros de la Junta que afirmaban que los barcos no podrían regresar cuesta arriba: ¡“Esta era la gentil y profunda razón y señal de haber bien el negocio entendido”,exclama Casas!.

Al argumento de los que sostenían que no era posible navegar más que por las costas, añadió:“Y estos que afirmaban esto, harto pocos libros habían leído y menos tractados de navegaciones”.Así se expresó sin saber ni haber tenido interés en saber quienes habían sido los miembros de la Junta a los que el propio Cristóbal Colón calificó como “personas de tanta abtoridad y sabios en todas artes”. Es de advertir que la  mayor parte de los que así opinaron habían sido marinos,entre los cuales predominaba como cosa cierta que el mar no era navegable mas allá de las costas y que al otro lado del océano no existían tierras ni  hombres y que los barcos que navegasen hacia el sur o hacia abajo(así pensaban),no podrían hacer viaje de regreso cuesta arriba y como estas otras creencias tan fuera de lo cierto..

Pero las creencias de los marineros nada tenían que ver con el mayor o menor grado de ciencia entre los hombres cultos de España.

            La contestación a las palabras acibaradas de Casas se la da Salvador de Madariaga con una andanada certera de postas.Copio sus palabras para que se vea que no soy solo en mi manera de pensar sobre el farragoso parrafeo y escaso conocimiento cosmográfico del antiguo y nada escrupuloso encomendero de indios:que fue Casas:

“La erudición tan prolija como extemporánea con la que el piadoso obispo, metido a cosmógrafo, acumula las más extravagantes razones para justificar el éxito de Colón, prueba que, aun medio siglo después, se hallaba muy lejos de comprender el verdadero sentido de los problemas que se planteaban ante la comisión...Era entonces España uno de los mejores centros de ciencia cosmográfica de Europa, y la universidad de Salamanca...contaba entre su profesorado a uno de los astrónomos judíos más grandes de la época, Abrahám Zacuto, y había sido uno de los primeros institutos de la cristiandad en adaptar el sistema de Copérnico en sus aulas...De modo que esta comisión presidida por un hombre de tan alto espíritu y desinterés como Talavera, por fuerza tenía que ser competente”( 124 )

            Sin necesidad de acudir a las áureas páginas de La Ciencia española de Marcelino Menéndez Pelayo y para dar una breve contestación a las palabras calumniosas de Casas contra la ciencia hispana por él siempre vilipendiada, me contentaré con citar palabras de Tomás Rodríguez Pinilla, alusivas solamente a la universidad de Salamanca:

“Porque ya entonces, de aquel lugar [Salamanca] sagrado de las ciencias y de las artes salían destellos que llevaban el calor vivificante de las ideas a lejanas distancias. Las Universidades le pedían maestros, los monarcas consejeros, médicos y preceptores y los mismos Pontífices romanos le demandaban músicos, médicos y sagrados oradores, delectación, informes y doctrina... Había en Salamanca no solamente cátedras de matemáticas, de física y de filosofía natural, sino de astrolo gía .Y  no tan solo eran conocidas y comentadas las obras de Aristóteles,de Plinio,de

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 ( 123 ),. Ibidem,I,112

( 124 ).- SALVADOR DE MADARIAGA: Vida del muy  Magnífico señor Don Cristóbal  Colón. Madrid, 1992.

                Espasa-Calpe, c.13,194-195

 

 

de Tolomeo, de Pomponio Mela,de Estrabón y de Marco Manilio,más se conocían y estudiaban las de Alkabisius,de Albunasar y de Alfragano,las de Juan de Monte Regio (las Ephemerides y el Astrolabius) así como  la Sphera  Mundi  de  Sacrobosco cuya obra comentaba y a½adía Pedro Ciruelo. Que Abrahán Zacuto  escribió  allí su  Almanaque Perpetuo  y sus  Tablas, Aguilera sus  Cánones  Astrolabi Universalis, Espinosa  su  Philosofía Naturalis y otros comentarios a la Esfera de Sacrobosco”( 125 )

 

11.- Informe de la Junta de Córdoba

            Debió ser a su regreso a la ciudad de Córdoba cuando los reyes recibieron el informe sobre el desarrollo y los resultados de la Junta nombrada para el estudio de los planes de Cristóbal Colón.Conocían los miembros de la Junta el evidente interés y mimo con que la reina Doña Isabel había mirado en todo momento este asunto. No en vano había sacado del servicio del duque de Medinaceli al extranjero de cuya exposición en Málaga había quedado ella sumamente apasionada. El mismo Cristóbal Colón vivía confiado en la voluntad invariable  de  la reina.  Lo ocurrido poco  había en Madrid con  la defensa  del Padre Fray  Antonio de Marchena, había puesto una inyección de optimismo a los partidarios de los planes exploratorios. El propio Cristóbal Colón no perdió años después la ocasión para manifestar esta constancia de la reina Doña Isabel en la larga carta escrita al alma del príncipe Don Juan:

“La esperanza de Aquel que crio a todos me sostiene... Yo vine con amor tan entrañable a servir a estos príncipes y he servido de servicio de que jamás se oyó ni vido. Del nuevo cielo y tierra que decía nuestro Señor por Sant Juan... me hizo mensajero y amostró aquella parte. en todos hobo incredulidad y a la reina mi señora dio dello el espíritu de inteligencia y esfuerzo grande y lo hizo de todo heredera como a cara y muy amada fija. La posesión de todo fui yo a tomar en su real nombre. La ignorancia en que habían estado todos, quisieron enmendallo traspasando el poco saber a fablar en inconvenientes y gastos. Su alteza lo aprobaba al contrario y lo sostuvo hasta que pudo... Yo mucho quisiera despedir del negocio, si fuera honesto para con mi reina. El esfuerzo de nuestro Señr y de su alteza fizo que continuase”( 126 )

            La estima que en estas palabras manifiesta Cristóbal Colón por la reina Doña Isabel, es la correspondencia a la estima que ella en todo momento había tenido por él y por sus ideas.

            Los miembros de la Junta conocían muy bien esta estima de la reina por todo lo colonino. Y muy especialmente debía conocerla Fray Fernando de Talavera su confesor. Ninguno de los miembros habían tenido desprecios para el extranjero, de cuyas ideas no se habían hecho partidarios la mayor parte de ellos. Sin embargo, en el momento de informar a los monarcas era obligatorio manifestar enteramente su juicio:

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 ( 125 ).- TOMAS RODRÍGUEZ PINILLA

 ( 126 ).- CASAS, I, c. 181, 483

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Escribe Fernando Colón:

“Los que se juntaron,no entendían lo que debían ni el Almirante se quiso aclarar tanto que le sucediese lo mismo que en Portugal y le quitasen la bienandanza.Por lo que fueron tan diversas las respuestas y la información ue hicidron a sus altezas...Aunque a  todas  estas dificultades  dió conveniente solución el Almirante,sin embargo,cuanto más eficaces eran sus razones,tanto menos las entendían por su ignorancia”( 127 )

Siguiendo el relato de Ferenando Colón,remató Casas:

“Pudo poco Cristóbal Colón satisfacer a aquellos señores que habían mandado juntar los reyes y así fueron dellos juzgadas sus promesas y ofertas pr imposibles y vanas y de toda repulsa dignas y con esta opinión por ellos sí concebida, fueron a los reyes y hiciéronle relación de lo que sentían, persuadiéndole que no era cosa que a la autoridad de sus personas reales convenía ponerse a favorecer negocio tan flacamente fundado y que tan incierto e imposible a cualquiera persona, letrado o indocto que fuese, podía parecer, porque perderían los dineros  que  en  ello  gastasen  y  derogarían  su  autoridad  real  sin  algún fruto”( 128 )

            Si llegáramos a conocer los verdaderos informes presentados a la reina Doña Isabel los veríamos distantes toto orbe de lo que narra Casas de memoria y sin percatarse del verdadero proceder de Fray Fernando de Talavera que, sin duda, fue quien hizo a la reina informe de los resultados de la Junta. El confesor le hablaría a  la reina de las opiniones encontradas de los miembros de la Junta sin pretender en ningún momento persuadirla a tomar ninguna determinación, muy bien convencido de que eso era cosa exclusiva de la señora. Todo cuanto afirma el cronista carece de toda viabilidad. Informar de lo ocurrido en la Junta sin más sería el  oficio de Fray Fernando de Talavera como presidente de la misma. Todo lo demás es invento de Casas que escribió sin conocimiento de la realidad que nadie le había manifestado.

            Lo que si es dable pensar que el informe no fue presentado a la reina de inmediato, porque ni Fray Fernando tenía prisa en hacerlo, ni los reyes tenían urgencia de recibirlo a vista de la imposibilidad de atenderlo, porque las circunstancias bélicas en la que estaban inmersos no les permitirían atender otra cosa que no fuera la guerra de Granada. En su prudencia nunca los Reyes Católicos estarían dispuestos a iniciar una aventura de aquella envergadura mientras tuvieran dentro de sus tierras enemigos cuyas expulsión agotaba odas sus posibilidades, sobre todo las de orden económico.

            Con toda probabilidad recibieron los reyes las primeras impresiones del desarrollo de la Junta del mismo Cristóbal Colón en la entrevista o entrevistas que tuvo con ellos en Murcia a donde le seguiremos dentro de poco, después de acompa½arle en su viaje a Sevilla y al monasterio de la Rábida.

 

12.- Visión global del desarrollo de la Junta de Córdoba

            Haré esta visión global a base de los textos de los cronistas, por más que esos textos

hablen de un modo genérico y sin especificación de fechas. Fue esta invertebración

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( 127 ).- FERNANDO COLÓN,c.12,88

( 128 ).- CASAS,I,c.29,112

 

 

 

 

 

 

cronológica lo que dio pie a que cada uno de los historiadores coloquen los testimonios de los cronistas en lugar al antojo de cada uno. Examino las palabras de Casas:

“Llegado a la corte a 20 de enero, año de 1485, comenzó a entrar en una terrible, continua, penosa y prolija batalla... rescibiendo algunos baldones de palanras que le afligían el ánima... y procuró de hablar e informar las personas que por entonces había en la corte señaladas y que sentía que podían ayudar.Estos todos o algunos de ellos negociaron que Cristóbal Colón fuese oído de los reyes y les diese noticia de lo que deseaba hacer y venía a ofrecer y en qué quería servir a sus altezas, las cuales, oída y entendida su demanda superficialmente... puesto que con benignidad y alegre rostro, acordaron de lo cometer a letrados para que oyesen a Cristóbal Colón más particularmente y viesen la calidad del negocio y la prueba que daba para que fuese posible confiriesesn y tratasen dello y después hiciesen a sus altezas plenaria relación... Ellos juntos muchas veces, propuesta Cristóbal Colón su empresa, dando razones y autoridades para que lo tuviesen por posible... Finalmente, aquesta materia fue por entonces una muy grande algarabía...Pudo poco Cristóbal Colón satisfacer aquellos señores que habían mandado juntar los reyes y así fueron dellos juzgadas sus promesas y ofertas por imposibles y vanas y de toda repulsa dignas... Finalmente, los reyes mandaron dar respuesta a Cristóbal Colón,despidiéndole por aquella sazón... que el tiempo andando,se podría ofrecer más oportuna ocasión”( 129 )

            En estos términos generales que nada o muy poco dicen,se expresó Casas, lo mismo que pudiera haberlo hecho cualquier escritor con un poco de fantasía. Este cronista lo junta todo sin orden ni concierto, y sin ofrecer un dato concreto que pueda servir de hilo conductor.

            No son más explícitos ni Oviedo ni Gómara, concretándose este último con escribir:

“Habló con los que decían privar y valer con los reyes en los negocios más como era extranjero y andaba pobremente vestido y sin otro crédito que el de un fraile menor [Padre Marchena] ni le creían ni aún escuchaban”( 130)

            Con estos términos generales no han hecho los escritores hasta el momento actual más que hilvanar cada uno a su modo el desarrollo de todo lo ocurrido a Cristóbal Colón en la corte de Castilla. Así llegaremos a conocer la existencia de una Junta que celebró sus reuniones en Córdoba -los más extraviados dicen que en Salamanca- sin conocimiento ni de la fecha de las tales reuniones, ni de los miembros que la compusieron, ni del desarrollo de las mismas reuniones. Casas se contenta con decir sin prueba alguna que los miembros de la Junta se reunieron “muchas veces”, sin indicación de cuándo, ni dónde, ni quienes. Nada de nada. Ni se conoce nada referente al informe de la Junta a los  reyes, quedando todo a  la imaginación y fantasía  de los  historiadores  lo que  ha dado lugar a  estudios y análisis  de la más  diversacatadura. Existen fastuosos análisis de todos estos puntos, que, al carecer de una óptica acertada, carecen de todo valor.

            Una cosa destacan los cronistas y es que fue nombrado por los reyes como presidente de la Junta Fray Fernando de Talavera, confesor de la reina Doña Isabel. A este varón cupo la mayor responsabilidad de la marcha de la Junta y, por lo tanto, el informe final que entregó a los reyes en momento no precisado. Sin embargo, una cosa se puede tener por cierta, que el presidente de la Junta no se dio prisa en informar a los reyes o porque no halló ocasión propicia por el continuo desplazamiento de los monarcas a causa de la guerra, o porque los mismo reyes le avisaron que no se diera prisa en informarles hasta la rendición de Granada que esperaban próxima. Pero la realidad fue que la rendición de Granada se fue alargando más  de  los  previsto  y  con  ello  la  decisión  final  de  los  monarcas  en dar luz  verde a los

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( 129 ).- CASAS, I, c. 29, 110-112

( 130).- GÓMARA, 166

proyectos del protagonista. Aunque escrito en modo genérico, como todo lo suyo, es digno de anotar lo que escribió Casas:

“Hasta conseguir esta respuesta gastó Cristóbal Colón en la corte muchos tiempos, lo uno, porque los reyes hacía poco asiento en un lugar por la prisa y poco reposo que traían proveyendo la dicha guerra, lo otro por la ordinaria proligidad que en la expedición de los negocios las cortes de los reyes siempre tienen, como nunca carezcan de importunas ocupaciones... Toda esta dilación no se pasaba sin grandes trabajos y angustias y amarguras de Cristóbal Colón por algunas causas, la una porque veía que se le pasaba la vida en balde..., la tercera, por la falta de las cosas que en semejantes lugares como es la corte suele ser más intolerable o poco menos que morir”( 131 )

            En su estilo farragoso sigue discurriendo el cronista sobre las razones por las que no se atendió con brevedad el proyecto de Cristóbal Colón, la primera de ellas “la falta de las ciencias matemáticas, de noticia de las historias antiguas que los que tuvieron el negocio cometido tenían”, la segunda la falta de medios económicos a causa de las guerras de Castilla, “porque cuando los príncipes tienen cuidados de guerra, ni el rey ni el reino quietud ni sosiego tienen”. No podía faltar en este punto el tan socorrido recurso del cronista a la providencia divina.

            Todas las razones aducidas no dejaron de ser verdaderas, y posiblemente pudo haber traído a  cuenta otras más, dispuesto como  estaba a dar largo a su discurso. Una cosa segura

hemos de admitir y dejarla bien destacada, y es la dilación que se le fue dando a los deseos y sueños de Cristóbal Colón para quien los días eran siglos y los años eran eternidades.

            En ningún caso puede atribuirse aquel retardo a la negativa que pudo dar Fray Fernando de Talavera a los proyectos de Cristóbal Colón. Colocado en aquel puesto de responsabilidad por los reyes, como hombre sabio y prudente debería medir sus actuaciones para no aconsejarles la entrada en un callejón sin salida. En primer lugar el exponente no había logrado despejar las dudad de los miembros de la Junta con sus exposiciones. Muy bien Cristóbal Colón podía tener la seguridad de lo que exponía, pero estaba en la necesidad de convencer a sus interlocutores, lo que no había logrado plenamente, porque ni sus mismo partidarios realizaron en aquellos momentos, que se sepa, especial esfuerzo en tratar de que sus tesis fueran admitidas. El responsable máximo de todo el acuerdo y correspondiente informe de la Junta era el confesor de la reina, varón destacado por su virtud y saber a quien no se le puede suponer ni por un momento abiertamente opuesto ni a las exposiciones ni mucho menos al autor de las mismas.

Es confortante lo que a este respecto escribió Madariaga:

“Fray Fernando era hombre no menos excepcional que Colón, pero lo era en una dirección tan distinta de la brújula humana, que todo acuerdo entre ellos era punto menos que imposible. Colón era un héroe, Talavera un santo. Estas palabras no expresan meras metáforas literariad. Corresponden, por el contrario, a una descripción rigurosamente exacta de sus tipos respectivos... Los que ven en Talavera una conducta para Colón por bajo de la mejor que cabía tener en su caso, no hubieran caído en tal error, de haber conocido su vida ejemplar... mientras que Fernando Colón y Casas dicen verdad al apuntar cierta oposición de Talavera a Colón, yerran al analizar sus causas.

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( 131 ).- CASAS, I, c. 29, 112-113

 

 

 

 

 

 El hecho mismo de la oposición ha menester definirse. Talavera era totalmente incapaz de arrojar de un modo consciente y deliberado su persona como obstáculo en través del camino de un semejante.¿Qué intriga, qué antagonismo, que oposición en el sentido corriente de esta palabra podía venirle ni a Colón ni a nadie de un hombre así?...Cuando el rey y la reina confiaron a Talavera el plan de Colón, pusieron sin proponérselo, en contacto dos mundos mutuamente incomprensibles, dos incompatibles absolutos. Esta discordia subconsciente y profunda entre el héroe y el santo debió actuar como una de las causas de la dilatada espera de cuatro años que tuvo que soportar en la corte de Castilla el impaciente descubridor”( 132 )

            Fuera de algún matiz, es aceptable todo lo escrito. En pocas palabras puede decirse que si Fray Fernando de Talavera era incapaz por su virtud de negarse a una evidencia, también estaba dotado de la suficiente entereza para llamar a cada cosa por su nombre y no aceptar presiones contrarias a esa entereza, ni ofrecer a los reyes que habían puesto en él toda su confianza, como viable lo que abiertamente no aparecía como tal. Tenía sobre sí toda la responsabilidad de juez de la causa y no sería el quien aconsejara a los reyes una aventura. Y no cabe duda que el proyecto de Cristóbal Colón se ofrecía en aquellos momentos como aventura sin retorno. Fray Fernando de Talavera, de por sí hombre sabio, había escuchado el parecer de otros sabios, había conocido el parecer de los marineros asistentes en la Junta de Córdoba, que negaban toda posibilidad de emprender un viaje transoceánico en busca de unas tierras que no existían y con peligro de no poder regresar del viaje, y no podía en su responsabilidad haber otra cosa distinta de la que hizo, de informar en contra de los proyectos del hombre a quien veía adornado de tan buenas dotes de ciencia y de honradez. Hubiera tenido la honda satisfacción de anunciar a los reyes la buena noticia de la veracidad de las teorías de Cristóbal Colón. A cualquiera le hubiera sido altamente satisfactorio y consolador poder hacerlo, sobretodo conociendo, como Talavera conocía, el alto interés de la reina Doña Isabel a favor de este proyecto.

            No procedió con justicia histórica Casas cuando escribió de los informantes del resultado de la Junta de Córdoba:

“Fueron a los reyes e hiciéronle relación de lo que sentían, persuadiéndoles que no era cosa que a la autoridad de sus personas reales convenía ponerse a favorecer negocio tan flacamente fundado y que tan incierto e imposible a cualquiera persona, letrado o indocto, porque perderían los dineros que en ello gastasen y derogarían su autoridad real sin algún fruto”( 133 )

            Con toda probabilidad y casi certeza se extralimitó Casas en estas afirmaciones. Pudo Talavera informar a los reyes de la decisión de la mayor parte de los elementos de la Junta, pero lo que nunca haría fue aconsejarles lo que deberían o no deberían hacer. Esto no lo haría ninguno de los sabios que habían asistido a las reuniones y menos él. Y no lo haría ninguno de aquellos sabios, en ninguno de los cuales había asistido en ningún momento animosidad contra las exposiciones de Cristóbal Colón. Lo único que asistió fue la prudente duda que impidió dar aceptación a unas teorías nuevas que aparecían contrarias a las aporías científicas o que pasaban como tales en aquellos días. Fue la posición sabia y prudente de unos sabios

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( 132 ).- MADARIAGA, 195-196

( 133).- CASAS, I, c. 29,112

 

 

 

 

 

 

que no veían en las exposiciones de Cristóbal Colón una demostración evidente. óOcultó nuestro protagonista algunas de las razones que tenía para demostrar sus afirmaciones y que únicamente había manifestado al Padre Fray Antonio de Marchena y que conocían los reyes? No es imposible y Casas alude a ello con razón o sin ella cuando escribe que Cristóbal Colón dio en la Junta “razones y autoridades para que lo tuviesen por posible, aunque callando las más urgentes, porque no le acaeciese lo que con el rey de Portugal” que había querido suplantarle en el descubrimiento.

            Lo que no es aceptable en modo alguno es lo que afirmó Casas sobre la actuación de los reyes a vista del informe de la Junta:

“Finalmente, los reyes mandaron dar respuesta a Cristóbal Colón despidiéndole por aquella sazón aunque no del todo quitándole la esperanza de tornar a la materia cuando más desocupados sus altezas se viesen lo que entonces no estaban con los negocios de la guerra de Granada los cuales no le daban lugar a entremeter negocios nuevos, que el tiempo andando, se podría ofrecer más oportuna ocasión”( 134 )

            Hácese preciso distinguir dos partes muy distintas en las anteriores palabras del cronista, la una cierta y la otra del todo inaceptable. Fue cierto lo de las largas ofrecidas por los reyes por las razones tantas veces aludidas de la guerra en sus momentos álgidos y la falta de medios económicos a causa de la misma guerra. La parte del todo falsa es que los reyes hayan despedido a Cristóbal Colón de la corte cuando la realidad fue todo lo contrario, como vamos a verlo seguidamente. sin embargo, quiero antes dejar hecha alusión a las palabras de Casas que habla de las necesidades inventadas por él de Cristóbal Colón durante sus años en la corte:

“Residió Cristóbal Colón de aquella primera vez en la corte de los reyes de Castilla,dando estas cuentas,haciendo estas informaciones,persuadiendo a grandes y a chicos los que sentía poderle dar alguna ayuda o favor,sufriendo innumerables repulsas y contradicciones,padeciendo necesidades y no menos hartas veces afrentas,más de cinco años, sin sacar fruto  alguno;el cual,no pudiendo ya  sufrir tan importuna  e  infructuosa dilación, mayormente faltándole ya las cosas para su sustentación necesarias,perdida toda esperanza de hallar remedio en Castilla, y con razón acordó de desamparar la cortesana residencia de  donde  se  partió  con  harto desconsuelo y tristeza para la ciudad de Sevilla”( 135 )

            Todas estas palabras del cronista son pura invención de su fantasía sureña, como fantasía en gran parte son las palabras que ya dejo transcritas, “pudo poco Cristóbal Colón satisfacer a aquellos señores” etc.

            Hayan sido los que fueren los términos informativos de  los resultados  no de toda la Junta, sino del parecer de algunos,la  respuesta de los reyes y su comportamiento posterior fue del todo favorable a las tesis de Cristóbal Colón. Sin duda que tuvieron muy en cuenta el parecer de los favorecedores de las exposiciones del gran nauta. Sobre todo debieron tener muy en cuenta el impacto causado por la defensa hecha de sus propuestas por el Padre Antonio de Marchena en Madrid en el año 1488.

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( 134 ).- CASAS,I,c. 29,112

( 135 ).,- CASAS,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                 

3 comentarios

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